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Los "gordos" chavistas imponen el terror para evitar la derrota



El conflicto venezolano es ya el principal foco de tensión y de interés mundial. Muchos dan por "derrotado" al chavismo, que se encuentra en descomposición, pero no tienen en cuenta la presencia en Venezuela de expertos militares cubanos y rusos, a los que sus respectivos mandos han ordenado que defiendan el régimen de Maduro con uñas y dientes, a costa de lo que sea. Si no fuera por apoyo de la Habana, Moscú y otros países totalitarios del planeta, aliados de la dictadura venezolana, el cambio de régimen ya se habría producido.

A pesar de la invasión extranjera que ya padece Venezuela, medio mundo piensa ya en uno de los mayores negocios del siglo XXI, que es la reconstrucción de ese país, muy dañado por el comunismo, que cuando caiga la tiranía va a necesitar insfraestructuras, transportes, suministros, industrias, viviendas y la reconstrucción de una red eléctrica y una industria petrolera anticuadas e ineficientes.

La gran novedad sobre Venezuela, apenas publicada, es que los "gordos" que comandan el chavismo han impuesto el terror en las filas propias para evitar las deserciones. Aquellos militares y civiles que se unen a la revolución de Juan Guaidó son detenidos, encerrados en mazmorras y probablemente torturados, mientras sus viviendas son saqueadas y sus familias acosadas y declaradas "enemigos" del pueblo. Es el "terror comunista" en funcionamiento, como hacían los bolcheviques y han hecho los comunistas siempre con sus enemigos.
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La vivienda saqueada de Leopoldo López, método de terror comunista contra sus enemigos
Nuestras fuentes venezolanas nos dicen que el pueblo sabe que el terror está ya funcionando en sus niveles más altos y denomina a esos métodos "cubanos" porque según dicen son los que han impuesto los asesores y tropas cubanas que sostienen el régimen para evitar que el chavismo se desmorone.

La vivienda del líder de la oposición Leopoldo López, actualmente refugiado en la embajada de España en Caracas como "huésped", fue saqueada recientemente como represalia por haberse fugado. Los expertos cubanos en represión saben bien que cuando a uno le invaden el hogar y destrozan sus propiedades sufre inseguridad y miedo en grandes dosis y la consecuencia lógica es que se aterrorice y paralice sus actividades contra el poder.

El papel de Cuba y de Rusia en Venezuela es cada día más importante y lo que antes era una invasión discreta y cuidadosamente ocultada, hoy es ya una "ocupación" de los sectores claves, sobre todo de la milicia y las fuerzas de inteligencia y seguridad. La represión cubana y rusa crece a medida que se desmorona el chavismo y que muchos sectores claves del régimen se pasan a la oposición.

Para Cuba, mantener vivo el chavismo significa seguir recibiendo miles de millones de dólares gratis, en petroleo y en divisas, mientras que para el ruso Putin la existencia de una Venezuela aliada de Rusia representa tener un puñal amenazando el cuello de Estados Unidos, que es su principal enemigo, como en los viejos tiempos del comunismo.

Otro de los rasgos venezolanos nunca publicados por la prensa occidental, que demuestra una gran prudencia al tratar los asuntos de Venezuela, quizás porque los socialdemócratas no tienen claro que Maduro sea un enemigo, es que los principales dirigentes del país están cada día más "gordos", mientras que el pueblo, carente de alimentos y medicinas, adelgaza cada día más. Basta mirar una imagen de Maduro, Diosdado Cabello y los principales miembros de la cúpula militar para observar una especie de "galería de obesos", bien alimentados y rebosantes de grasa, un durísimo contraste con el aspecto general de la población venezolana, acosada por las carencias y deficitaria en alimentos, medicina y otros recursos básicos.

Venezuela se está convirtiendo en todo un símbolo mundial de los dos sistemas que pugnan por imponerse en el mundo: por un lado el comunismo, intervencionista, adorador del Estado omnipotente, esclavizador, violento, asesino y fabricante eficiente de pobres y esclavos, y por otro las fuerzas que se proclaman defensoras de la libertad, de los poderes reducidos del Estado, de la democracia, de la economía libre y de las libertades individuales y derechos, aunque a veces sean hipócritas y se muestren casi tan injustas y crueles como ese comunismo al que dicen combatir.

Si Venezuela cae y se instaura allí una democracia, aunque sea aparente, el bloque del terror y de la opresión comunista abierta habrá retrocedido y sufrido una derrota importante porque Venezuela, además de un símbolo, es el país con más reservas de petroleo de todo el planeta. Mientras que una victoria del bloque que se autoproclama "democrático" representaría ganar fortaleza y un serio revés para sus adversarios, en especial para Cuba, cuya dictadura difícilmente podría sobrevivir sin las inyecciones de petroleo y divisas que le llegan de Venezuela.

Francisco Rubiales


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Lunes, 6 de Mayo 2019
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