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Los funestos partidos políticos españoles



El fracaso del PSOE hizo que Podemos naciera; el del PP dio a luz a VOX y el vacío frustrante y el abandono del centro propició el nacimiento de UPyD y luego de Ciudadanos. La historia de la política contemporánea española es una historia de fracasos y frustraciones provocados por partidos funestos, corruptos, hipócritas, egoístas, poco democráticos y alejados del ciudadano y el bien común.
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¿Cual ha sido el peor? No es fácil responder, pero Zapatero, Rajoy y Sánchez, sobre todo este último, tienen casi todas las papeletas para ser elegidos
El PSOE y el PP compiten en corrupción y abuso de poder, hasta el punto de que hoy son los dos partidos más corrompidos de Europa. Se acusan mutuamente de ser los más corruptos, pero nadie sabe cual de los dos gana, aunque el PSOE ha alcanzado niveles casi insuperables. La corrupción en España es tan intensa que ya ni siquiera repercute seriamente en los resultados electorales. La corrupción, en España, está "descontada" y se da por supuesto que existe y existirá. Es una tragedia, pero es lo que hay. No en vano España es uno de los países más corrompidos políticamente del planeta.

Podemos nació en 2014 en una España asqueada del nefasto Zapatero y frustrada de la ineptitud cobarde de Rajoy. Ante el fracaso de los dos grandes partidos, medio país buscaba una opción distinta que al final se plasmó en Podemos, cuyo nacimiento ya fue corrupto y portador de fracaso. El movimiento original que se plasmó en Podemos era amplio y abarcaba a descontentos e indignados de todos los colores, ideologías, sectores y clases sociales. De haberse mantenido plural, libre y ciudadano, habría podido ganar las elecciones, pero los comunistas, al frente de los cuales siempre hay bolcheviques revolucionarios profesionales, se apoderaron del movimiento y lo hicieron de izquierda radical, expulsando a cientos de miles de indignados de otras ideas y sensibilidades, siempre ajenos y hostiles a las dictaduras y totalitarismos. Muchos de ellos terminaron creando o nutriendo a VOX y a Ciudadanos, en los espacios de derecha y de centro.

Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que toda la política española del presente es una lucha entre los viejos partidos podridos, causantes de frustración y vergüenza, y nuevas opciones que nacen llenas de obstáculos para lograr la difícil regeneración.

Podemos, en la izquierda, y VOX, en la derecha, son dos fuerzas preparadas para tomar el relevo y sustituir a los fracasados PSOE y PP, dos partidos que por el número de delitos cometidos y por el número de miembros detenidos, condenados o en espera de juicio, podrían considerarse como asociaciones para delinquir. Los datos demuestran que uno y otro partido sólo son superados por ETA como asociaciones de delincuentes.

¿Qué ha ocurrido con los viejos partidos para que caigan tan bajo?

La respuesta es simple: el sistema político vigente en España no es una democracia sino una dictadura de partidos, sin controles, cautelas y frenos suficientes al poder de los partidos y sin que el ciudadano y sus ideas y demandas tengan peso alguno en la política.

Los que redactaron la Constitución española no merecen respeto ni consideración, sino el reproche de la ciudadanía, por haber creado las bases para un Estado donde la arbitrariedad, el abuso de poder y hasta la tiranía tenían una cabida incompatible con la democracia.

La prueba de que la Constitución española y su aplicación es un fracaso han sido los presidentes de gobierno de la democracia, todos ellos fracasados y dañinos para España. Ninguno de ellos puede citarse por el bien que hizo a la nación. La calidad de los presidentes ha ido descendiendo desde Felipe González, que ya estaba muy bajo en ética y democracia, hasta culminar en Pedro Sánchez, que es una especie de compendio diabólico y broche de oro a la abajeza que acumularon Zapatero y Rajoy.

Millones de españoles se sienten incómodos y frustrados con Pedro Sánchez, que cosecha rechazo y que es abucheado en las calles. No le quieren los autónomos, a los que esquilma y agobia, ni los empresarios, a los que no les deja desarrollar la libre empresa, ni los profesionales, ni los católicos, ni los agricultores, ni los demócratas, ni la gente decente de España, grupos que, a pesar de ser masivos y de constituir una inmensa mayoría, no pueden hacer nada para desembarazarse de un tipo que, día tras día, destruye la nación con sus aliados miserables, su arbitrariedad, compra de votos, injusticias y asaltos a la democracia y a los valores.

El sistema español está capado y constituye un callejón sin salida en el que es posible la tiranía, el abuso de poder y la maldad instalada en la cúspide. Las instituciones defensivas del Estado, desde la Fiscalía a la abogacía del Estado, el poder judicial, el Parlamento, los medios de comunicación, la Corona, las Fuerzas Armadas y la sociedad civil, son impotentes frente al poder desmesurado del Ejecutivo y de los partidos políticos, dueños absolutos de España.

Por todo este cabe afirmar que España necesita, mas que un rescate económico, imprescindible porque el país está al borde de la quiebra, un rescate moral que la saque del fango y la pocilga.

Francisco Rubiales

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Domingo, 31 de Octubre 2021
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