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Los españoles apenas conocen el 10 por ciento de la corrupción que padecen



Las estadísticas demuestran que sólo aflora y se conoce apenas el 10 por ciento de la corrupción y que el resto permanece oculta y es posible que de ella nunca se sepa. Da miedo, pero los españoles apenas conocen el 10 por ciento de la corrupción que padecen. Si el 10 por ciento es tan enorme, ¿Cómo será el total?

Cuando sepan lo que han hecho y hacen sus políticos, quizás abandonen su lamentable pasividad, vomitarán, saldrán a las calles a protestar y quizás dejen de votar a esa turba de políticos sin ética ni decencia.
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Si usted se siente asqueado ante el robo mafioso de los EREs y del dinero de los cursos de formación por los socialistas andaluces o si vomita ante el comportamiento del PP en el caso Bárcenas, amárrese los machos porque apenas conoce el diez por ciento de la enorme masa de suciedad, abuso de poder y violaciones de los derechos y normas básicas perpetrados por los grandes partidos españoles. Si llegara a conocer al menos la mitad de lo que realmente ha ocurrido en las tres ultimas décadas, quizás decidiría abandonar su pasividad de borrego, jurará que nunca más votara a esos partidos corruptos y tal vez deje de creer para siempre en los políticos y en eso que llaman "democracia", un sistema noble y justo pero que en España no es otra cosa que una asquerosa letrina llena de suciedad y vergüenza.

Las estadísticas son claras y aseguran que los ciudadanos apenas alcanzan a conocer el 10 por ciento de la corrupción real existente. El resto queda oculto y ni siquiera llega a ser conocido por los jueces.

Fue Antonio Garrigues Walker, cuando él era responsable en España de Transparencia Internacional, quien me explicó con detalles que de la corrupción nunca llega a conocerse más del 10 por ciento.

Aunque usted no lo sepa ni los grandes medios de comunicación se lo digan, en España se violan los derechos humanos, se falsean los concursos públicos, se tortura, se miente desde el poder, se dejan impunes miles de crímenes de políticos, se roba a mansalva y se anteponen una y otra vez los intereses privados y políticos a los intereses generales y al bien común, se compran y manipulan medios de comunicación, se paga a sicarios de la información y se miente a diario, a pesar de que le mentira a los ciudadanos quizás sea la peor de las corrupciones.

¿No sabía usted que España es uno de los países que mas rápidamente avanzan en todo el mundo hacia las cotas mas altas de corrupción y pobreza? Pues ya lo sabe. También es de los que mas rápidamente agrandan la distancia que separa a ricos y pobres, de los que más despilfarran, de los que cobran impuestos más indecentes y confiscatorios y de los que mas rápidamente se endeudan. Quizás no sepa tampoco que España está en los primeros puestos del ranking mundial de alcoholismo, tráfico y consumo de drogas, corrupción institucional, blanqueo de dinero, trata de blancas, prostitución, desempleo, desamparo de los débiles, enchufismo, privilegios injustos para los políticos, nepotismo y decenas de otros vicios, todos ellos productos del deterioro de los valores y de la corrupción.

No hay otro país en el mundo occidental donde las encuestas señalen a los políticos como el segundo gran problema del país y ningún otro en el que mas del 80 por ciento de la población reconozca que desconfía de sus dirigentes y del gobierno. Una situación así es, para cualquier experto politólogo, insostenible y reflejo que la sociedad está al borde de la rebelión.

Pero que nadie se asuste porque la paz de los borregos está asegurada. España es famosa en todo el mundo por el aguante de sus ciudadanos, un fenómeno al que muchos llaman abiertamente "cobardía", y también porque sus políticos, aunque hayan sido sorprendidos con las manos en la masa, casi nunca dimiten. En otros países democráticos, los ministros dejan sus cargos porque mintieron en un examen, cuando eran adolescentes, o porque ocultaron un suspenso o una multa de tráfico en sus currículos, pero en España no sólo no dimite nadie sino que se falsean los historiales, se copian las tesis doctorales, se miente cada vez que se habla al pueblo y se llega a la política sin conocer idiomas, sin preparación profesional, sin educación y sin solvencia ética demostrada.

España no cumple ni una sola de las reglas básicas de la democracia. No existe separación de poderes, ni una justicia igual para todos, ni respeto al ciudadano, ni funcionamiento libre de la sociedad civil, ni elecciones realmente libres, ni una prensa libre garantizada, capaz de fiscalizar a los grandes poderes. Los diputados y senadores no representan a los ciudadanos sino a sus propios partidos y no se avergüenzan de ello, como tampoco lo hacen los políticos cuando nombran a jueces y magistrados, violando las normas básicas de la democracia. El país es lo mas parecido a una enorme cloaca, pero nuestros políticos y periodistas nunca hablan de las grandes carencias y vicios del sistema español y se dedican en las tertulias a promocionar a unos partidos políticos que si existiera una Justicia decente, quizás habrían sido precintados por acumulación de delitos y salvajadas.

Ni siquiera se tiene en cuenta en España la brutalidad antidemocrática que representa que un partido político como el PSOE hundiera la economía solo porque al frente del gobierno colocaron a una especie de idiota bonachón y mentiroso llamado Zapatero. Los españoles ni siquiera se rasgan las vestiduras cuando el PP ganó las elecciones con Rajoy al frente y con un programa electoral que después, cuando alcanzó el poder, incumplió, engañando a los ciudadanos, lo que en democracia constituye una insoportable estafa electoral.

España es, posiblemente, el único país perteneciente a la Unión Europea donde el poder permite y no castiga que los políticos mientan constantemente a los ciudadanos, que las cajas de ahorro hayan sido saqueadas por políticos y por amigos suyos, ladrones de miles de millones de euros, sin que la Justicia los persiga, que cientos de miles de españoles hayan perdido sus ahorros como consecuencia de una estafa consentida y amparada por el poder: la de las participaciones preferentes, y que sean vapuleados a diario, con impuestos y mentiras, por una élites políticas tan desvergonzadas que dan asco.

España es, seguramente, la gran cloaca de Occidente... pero no pasa nada.

Francisco Rubiales

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Martes, 4 de Enero 2022
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