Información y Opinión

Los debates en la actual campaña son una estafa



Hillary Clinton y Barak Obama acaban de ofrecer en Estados Unidos un debate ejemplar, con ideas que se exponen, réplicas y contraréplicas, con confrontación dialéctica y claridad suficiente para que los electores conozcan la mercancía y sepan a quién deben votar. En España, donde la democracia ha sido degradada y suplantada por una oligocracia de partidos, Zapatero y Rajoy, al igual que hicieron Solbes y Pizarro, se disponen a ofrecer a los ciudadanos un simulacro falsificado y encorsetado de debate, previamente pactado por los fontaneros de ambos partidos.
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Obama y Clinton debatieron de manera abierta y clara, sin corsés ni trucos, sin pactos previos sellados por fontaneros acobardados, sin miedo a la confrontación, como verdaderos demócratas, un debate que contrasta con el que se disponen a ofrecer a los españoles Rajoy y Zapatero, una verdadera estafa para la democracia.

Los de Hillary y Obama fueron 90 minutos de gran suspenso. Con su candidatura a la presidencia en juego. Hillary Clinton utilizó todo el arsenal de argumentos que tiene para detener el ímpetu que Barack Obama logró con sus recientes once victorias. Fue agresiva, pero también conciliadora. Pero, aunque su actuación fue excelente, al final empataron y tendrán que jugarse la victoria final en las elecciones del 4 de marzo en Texas y Ohio, dos estados que serán decisivos.

Obama no le dejó pasar a la Clinton ninguna de las agresiones. Cuando Hillary insinuó que ella está mejor preparada para ser Comandante en Jefe por su experiencia, Obama replicó que la ex primera dama se había equivocado en la decisión más importante en el área de la defensa de los últimos tiempos: votó a favor de la Guerra de Irak. "Más importante que la experiencia es tener buen criterio. De lo contrario, ¿cómo se explica que un hombre de la experiencia de Dick Cheney se haya podido equivocar tanto?", dijo Obama.

Cuando les preguntaron si, en el caso de ser elegidos presidentes, se reunirían con Raúl Castro, Hillary dijo que sólo lo haría si veía cambios en Cuba, insinuando que hacerlo de otro modo sería naive. Obama, sin embargo, insistió con que, si bien dicha reunión tendría que ser bien preparada para fijar una agenda en común, él no pondría ninguna precondición. Declarándose a favor de flexibilizar el embargo, Obama dijo que coincidía con Robert Kennedy cuando dijo que tan importante es reunirse con los amigos como con los enemigos. Más aún, Obama explicó que teniendo en cuenta la mala imagen que tiene actualmente EE.UU. en el exterior, el próximo presidente tendrá que involucrarse personalmente en las relaciones exteriores.

Obama tampoco se achicó cuando Hillary lo acusó de haber utilizado frases de un discurso del gobernador de Massachussets, Deval Patricken, en uno de sus actos. "Copiar frases enteras del discurso de otra persona no es un cambio. Es un cambio que se puede fotocopiar", lanzó Hillary.

"¡Oh! Pero eso no fue lo que ocurrió", retrucó Obama. "La acusación de que me copié de alguien que es uno de los codirectores de mi campaña electoral y que me sugirió que usara ese párrafo, creo que es tonta."

El gran momento de Hillary fue al final. "¿Cuál fue el período más crítico de sus vidas?", fue la pregunta. Obama hizo referencia a su infancia sin padre, con una madre soltera, en el hogar de sus abuelos, donde él era el único negro. "Todo el mundo conoce cuál fue mi período más difícil", dijo por su parte Hillary y agregó: "Pero los golpes que he recibido no son nada comparados a los que ocurren en un sólo día en la vida del pueblo estadounidense. Y yo decidí, cuando era muy pequeña, que fui bendecida y mi fe y mi educación me urgieron a que haga lo que pueda para darle a los demás las oportunidades y los privilegios que yo di por sentados. No importa cuál sea el desenlace de estas elecciones, yo tengo el honor de estar aquí con Barack Obama. Estoy absolutamente honrada", dijo dándole la mano a su rival.

"Y cualquiera que sea el desenlace -siguió diciendo la ex primera dama- vamos a estar bien porque tenemos el apoyo fuerte de nuestras familias y de nuestros amigos y lo único que espero es que podamos decir lo mismo del pueblo estadounidense, y el tema de estas elecciones es, justamente, ése".

Todo un ejemplo para nuestos políticos mediocres y para nuestra democracia degradada, en la que los partidos, además de escamotear al ciudadano valores tan necesarios para la democracia como la confianza, la seguridad, la ilusión y el peso de sus opiniones, escamotean ahora un auténtico debate, necesario para conocer a los candidatos y a sus programas, sustituyéndolo por monólogos concatenados en los que no es posible descubrir las verdaderas ideas, ni la rápidez en las réplicas, ni los argumentos espontáneos, ni la agilidad mental, ni la búsqueda común de la verdad, que es la esencia del debate.

   
Sábado, 23 de Febrero 2008
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