Información y Opinión

La triste verdad de la sanidad cubana





La grave enfermedad de Fidel Castro ha puesto en evidencia la verdadera dimensión de la Sanidad Cubana, aireada por el régimen castrista como uno de los grandes logros de la Revolución y alabada por todos los izquierdistas del mundo, pero que, en la hora de la verdad, nunca ha dado la talla.

El doctor español García Sabrido ha sido llamado a Cuba para que asuma la responsabilidad del tratamiento de Fidel Castro, que sufre una complicación tras otra después de su intervención quirúrgica intestinal del pasado mes de julio. La embaja de Cuba ha solicitado también a la sanidad madrileña equipos quirurgicos y medicamentos para combatir la enfermedad de Fidel

El hecho de tener que recurrir a la medicina española para salvar al gran lider pone de relieve cual es el verdadero nivel de la sanidad cubana, exhibida como el gran logro de la Revolución.

La sanidad cubana tiene méritos, pero siempre cuantitativos y jamás cualitativos. Su mayor mérito es que ha llegado hasta los últimos rincones de la geografía cubana, pero su mayor fracaso es que nunca ha superado los límites de una sanidad mediocre, sin soluciones sofisticadas ni avanzadas. Ha sido capaz de formar miles de médicos y de exportarlos a otros paises con fines propagandicticos y como medio de influencia, pero Cuba ha padecido siempre un terrible déficit de profesionales altamente cualificados, de instalaciones de calidad, de medicamentos eficaces y de limpieza en sus centros.

Mi conocimiento de la sanidad cubana no es en modo alguno superficial. Viví en la Cuba de Castro durante dos años y sufrí la hospitalización de uno de mis hijos, que se deshidrató cuando tenía apenas un año de vida. Pude comprobar entonces las enormes carencias de uno de los hospitales de la capital cubana, lleno de moscas y sin agua corriente durante buena parte del día, y la carencia de medicamentos apropiados. Meses más tarde, cuando yo necesité los servicios de la medicina cubana, los mismos dirigentes de la revolución, para que no pudiera comprobar personalmente su baja calidad, me aconsejaron que utilizara los cuidados de un médico español que estaba establecido en la isla, el cual, a pesar de su intensa fe socialista y marxista, mientras me trataba, me contaba cosas terribles de la sanidad cubana, muchas de las cuales investigué y comprobé personalmente como corresponsal de prensa radicado en Cuba.

En su viaje a la Habana, el especialista español García Sabrido tuvo que transportar también material clínico de última generación, necesario para el tratamiento del dictador, pero del que carece el sistema de sanidad cubano.

Inmisericorde y poco discreta, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, cuyos servicios sanitarios están prestando a Fidel Castro un valioso apoyo pagado por todos los españoles, lamentó que la sanidad cubana no pueda cumplir ni con su máximo dirigente y se preguntó que ocurrirá con el resto de la población cubana en materia sanitaria.


Franky  
Miércoles, 27 de Diciembre 2006
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