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La sorprendente democracia de "Podemos"





Todos dicen que "Podemos" no es un partido democrático y que sus líderes tienen el alma totalitaria. Lo comparan con el socialismo venezolano y les acusan de ser seguidores de Lenín, Hugo Chaves y Fidel Castro, pero la verdad es que sus comportamientos son cien veces mas democráticos que los del PSOE, PP y, por supuesto, Izquierda Unida. En su reciente asamblea y en su corta vida como agrupación política en alza, su debate interno ha sido y es ejemplar y masivo y serán los militantes los que inclinen la balanza del poder del lado de una de las dos tesis en litigio, las que capitanean Pablo Iglesias y Pablo Echenique, respectivamente.

No sabemos como será "Podemos" en el futuro e ignoramos si terminarán por imponerse sus tentaciones comunistoides, pero la verdad cruda del presente es que "Podemos" es hoy el único partido político en Europa donde los militantes tienen mas poder real que los dirigentes y el único que mantiene una estructura de poder horizontal y auténticamente democrática en su vida interna.

Los periodistas españoles adscritos a las tertulias, casi todos ellos analfabetos en democracia, preguntan a Pablo Iglesias si incorporará o no a Echenique en la Ejecutiva, si resultara ganador, a lo que Iglesias responde que serán los militantes los que decidan si forma parte o no de la dirección. Los tertulianos están acostumbrados a tratar con sátrapas y tratan como sátrapas a los dirigentes de "Podemos", pero el nuevo partido es el único en España que mantiene una horizontalidad viva y ejemplar, donde las asambleas y los círculos ciudadanos compiten con el poder de los dirigentes.

"Podemos" se encuentra en la encrucijada decisiva en su corta historia. Tiene que decidir si sigue siendo un partido que toma las decisiones de manera asamblearia y horizontal, con una dirección colegiada que represente a muchos grupos y tendencias reales del movimiento, como propone el bloque capitaneado por Echenique, o si se transforma en un partido con una cúpula parecida a las que tienen el PSOE, el PP, IU y las demás agrupaciones políticas españolas, tesis defendida por Pablo Iglesias, que la presenta como una dirección mas "eficiente".

Los casi 200.000 militantes del partido decidirán en "Podemos", mientras que en los demás partidos quien decide siempre es la cúpula y la militancia tiene un papel pasivo y sometido a las élites.

¿Donde existe mas democracia auténtica? Sin duda en Podemos, precisamente el partido al que la vieja política española acusa de totalitarismo comunista.

Pablo Iglesias no para de explicar a los periodistas que le acosan a preguntas lo que es la democracia interna en un partido como el suyo, pero los periodistas, acostumbrados a considerar como "democracia" lo que es pura dictadura interna en los viejos partidos, no lo entienden. El espectáculo que ofrecen en directo las cadenas de televisión y las emisoras de radio en torno a "Podemos" es revelador de la incultura democrática existente en España y, muy especialmente, en la prensa, dispuesta a acusar de comunista y totalitario al único partido que decide horizontal y democráticamente, mientras considera respetable a partidos como el PP y el PSOE, en el que los líderes designan a dedo a sus sucesores y que integran sus ejecutivas por cuotas territoriales y bloques de poder.

Es el surrealismo español en escena: la democracia es tratada como dictadura y la dictadura es presentada como democracia.

España es un país que se ha ganado a pulso sus actuales desgracias y su profunda decadencia presente, muchas de las cuales se deben a haber admitido como democracia y aceptado como legal lo que ha sido simplemente dictadura y corrupción. En España no se respeta ni una sola ley básica del sistema democrático: ni hay separación de los grandes poderes, ni existe una justicia independiente, ni hay libertad dentro del Congreso y del Senado, ni se respeta la libertad de los medios de comunicación, ni los ciudadanos pueden elegir libremente a sus representantes, atenazados como están por las listas cerradas y bloqueadas, ni los gobernantes cumplen sus promesas electorales, ni se maneja con decencia el dinero público, ni el ciudadano participa en la política, ni existe una sociedad civil fuerte que ejerza como contrapeso al poder del Estado, ni las leyes son iguales para todo, ni existe castigo para los corruptos y canallas, ni están suficientemente controlados y limitados los poderes del gobierno y de los partidos políticos, ni los gobernantes rinden cuentas a la ciudadanía, y un largo etcétera de abusos que convierten la vida política española en un modelo de estructura viciada y corrupta que se hace pasar hipócritamente por una democracia.



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Martes, 21 de Octubre 2014
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