Información y Opinión

La peligrosa locura marroquí de Pedro Sánchez



Sánchez apoya por primera vez que el Sáhara sea una provincia autónoma de Marruecos. Por si teníamos pocos problemas con la ruina económica, la huelga de transportes, la guerra de Ucrania y el pésimo gobierno que padecemos, llega el inepto Pedro Sánchez y nos abre un nuevo frente plegándose a Marruecos y enfrentándonos a Argelia, que es quien nos suministra el vital gas natural.

España, mal gobernada y en manos de peligrosos políticos, parece haber sido abandonada por Dios y por la fortuna. Los españoles somos hoy pobres diablos secuestrados por un gobierno que, como las termitas, destruye la nación cada día y que, sin la menor duda, es el peor que ha sufrido España desde la invasión napoleónica.
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Dos sátrapas, el español y el marroquí
El histórico cambio de postura con Marruecos nos ha sido revelado no por nuestro gobierno, sino por el Gabinete Real de Marruecos, que comunica en una nota que Pedro Sánchez considera el plan marroquí como "la base más seria, creíble y realista" para la solución del problema del Sahara.

Ni el pueblo español, ni la oposición, ni los socios europeos, ni siquiera sus socios de gobierno conocían el cambio de rumbo de la política exterior de España impuesto por Sánchez, a pesar de que esa decisión nos puede acarrear graves problemas y trastocar equilibrios que son cruciales para España.

La decisión de Sánchez constituye una rendición de España ante Marruecos, que exigía precisamente un cambio en su postura con el Sáhara para cerrar la crisis y restablecer relaciones normales. La interpretación "light" e "interesada" del gobierno de España es que el cambio anima a Marruecos a abrir una nueva etapa en las relaciones con España, en la que caminaríamos juntos hacia posiciones de amistad y cooperación.

Sánchez se ha comportado como un tirano, con estrategias y tácticas similares a las que utiliza el ruso Putin. Su trascendente decisión ha sido personal y todo indica que la ha tomado más con las tripas que con el cerebro.

Sánchez ha impuesto un giro histórico en la política de España sobre el conflicto del Sáhara Occidental. El posicionamiento cambia la postura que ha mantenido históricamente Madrid, que se ha alineado siempre con las resoluciones de Naciones Unidas en la búsqueda de una solución al contencioso alrededor de un territorio pendiente de descolonización y ha evitado siempre apoyar a Marruecos o al Frente Polisario, las dos partes enfrentadas por reclamar su soberanía.

Los observadores creen que la decisión de Sánchez traerá cola y que por lo pronto pone en peligro las relaciones de España con Argelia, país que rechaza la ocupación del Sahara por Marruecos y que protege y arma al Frente Polisario, en guerra con Marruecos y refugiado en territorio argelino.

Además, el momento elegido por Sánchez para imprimir su giro de 180 grados al conflicto del Sahara es el peor imaginable, cuando necesitamos vitalmente el gas que nos llega de Argelia, cuando la economía española está al borde del colapso y cuando argelinos y marroquíes están enfrentados y con sus relaciones rotas.

La inmensa locura e imbecilidad de la decisión inclina a pensar que ha sido adoptada por Sánchez, de manera consciente, en el peor momento, cuando los daños para España pueden ser más letales.

La primera consecuencia podría ser el cierre del grifo del gas argelino, lo que representaría para España un problema de proporciones dantescas.

Si Sánchez no ha consultado y consensuado ese cambio drástico de la postura española con la oposición, con su socios de Europa, con sus socios de gobierno y con el pueblo español, entonces es evidente de que estamos en manos de un tirano que parece hecho con la misma pasta que Vladimir Putin y que desprecia las reglas de juego de la democracia. Si además lo ha hecho sin informar previamente a Argelia, el cambio es un suicidio y el gobierno argelino tendría razón si considera la actitud del gobierno español como hostil.

Se mire como se mire, la decisión de Sánchez es una locura perjudicial para España, un paso más, esta vez contundente y altamente peligroso, de ese nefasto gobernante hacia la destrucción y ruina de España.

Francisco Rubiales


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Sábado, 19 de Marzo 2022
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