Información y Opinión

La mentira y el lenguaje, dos recursos del poder despótico



En la España actual, las masas, idiotizadas, sonríen con talante mientras la democracia es asesinada.
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La mentira y la perversión del lenguaje siempre fueron las armas preferidas de los totalitarios para destruir la sociedad y crear otra acorde con sus intereses. Ya las emplearon con singular maestría los bolcheviques y los nazis para subvertir el orden en Rusia y Alemania y para subyugar a sus respectivos pueblos. Es probable que Alfonso Guerra pensara en esos recursos ¿revolucionarios? cuando dijo que después de la llegada al poder de los socialistas “A España no la iba a reconocer ni la madre que la parió”. Pero lo cierto es que a Felipe González le tembló el pulso y no se atrevió a utilizar masivamente la mentira y el lenguaje para envilecer a la sociedad española.

Muchos expertos y analistas creen, sin embargo, que Zapatero, con menos pudor y conciencia democrática que Felipe, sí está impulsando desde el poder ese arma de exterminio ciudadano masivo con el fin de “construir” una nueva “sociedad”, un “nuevo mundo” donde nuestra especie ciudadana sea transformada en ganado.

El delirante plan permite crear imágenes invertidas y confusión masiva gracias a la creación de universos paralelos. Las palabras se utilizan como martillos y como gas lacrimógeno que impide ver o entender la realidad: la libertad es tiranía, la democracia es esclavitud, consenso significa “trágala”, la constitución la interpreta el poder según conviene, el diálogo es silencio, los cargos electos tienen derecho a ser los amos de la sociedad, los verdugos son las víctimas y las víctimas son tratadas como verdugos, el pensamiento es un peligro, la guerra es paz, la muerte es vida, la intoxicación es libertad de expresión, la ley es flexible, lo legal es ilegal, la verdad es mentira, el progreso es el nuevo Dios, el viejo y verdadero progreso es pura barbarie, el bien es el mal, ganar es perder, los rojos eran buenos y los nacionales malos, etc.

Utilizan las mismas palabras pero para ellos tienen otro significado. Para Zerolo, el orgasmo es lo que para nosotros es dolor y sufrimiento; lo que para ellos es democracia para nosotros es esclavitud y sometimiento; Dios y la oración son para ellos estigmas esclavos; la generosidad es debilidad; lo que ellos entienden por “esfuerzo” para nosotros es hedonismo; lo que ellos llaman “amor” no es otra cosa que sexo banalizado y libertino. Ya han sobrepasado con creces el “biologismo” de los nazis.

La confusión parece no tener límites y unos viven en el mundo real y otros en un brutal “Second Life”: lo que para ellos es el futuro, para nosotros es el pasado; lo que en unos es defensa, en otros es ataque; lo que unos consideran negro los otros lo ven blanco.

Con la ayuda de las escuelas, la televisión y los medios de comunicación sometidos al poder dominante están creando modas e imponiendo la nueva ideología inversa. La estrategia es eficaz porque, paralelamente, se dedican a destruir la viaja cultura rompiendo los lazos que unían a los humanos, impulsando la soledad e impidiendo la conversación, que es el peor enemigo de todo adoctrinamiento totalitario.

Los brujos de la nueva ideología son astutos y saben repartirse los roles. Rubalcaba sondea y lanza globos; Pepiño se dirige a la masa nostálgica y ZP habla siempre para la masa blanda, la más fácil de “adoctrinar”, la única realmente preparada para aceptar al nuevo “Mesías” progre de la religión laica y confusa.

Los dirigentes políticos, obligados en el pasado a servir al pueblo y constreñidos en democracia a respetar al ciudadano como soberano del sistema, han trastocado los valores y se han constituido en los nuevos amos del mundo. Sus privilegios son hoy superiores a los que tuvieron en el pasado el clero y la nobleza. Hasta la ley les respeta y, en la práctica, son intocables bajo el manto protector del “partido”. Sus seguidores, ya adoctrinados, se comportan como “hooligans” lobotomizados y masoquistas que disfrutan viendo a sus líderes vivir como millonarios impunes e inmunes.

Nada se les resiste porque nada es lo que parece. No hay fronteras para lo virtual. Pueden aplicar la ley “según convenga a la jugada” o cargarse de un plumazo, en un estatuto autonómico, la "igualdad", que es el principio básico de la nación. Las masas sonríen con talante mientras la democracia es asesinada.

Los que se oponen al expolio y al avance del virus nazi-bolchevique de la confusión para el dominio son calificados de “fascistas” y, si conviene más, de “antisistemas”. Si persisten en la resistencia y en la rebeldía, pueden ser llevados a la soledad, al aislamiento y a la pobreza. No podrán ganar oposiciones, ni concursos públicos, ni obtener colocaciones destacadas porque son “proscritos”.

Los demócratas españoles debemos asumir la verdad amarga de que los que se atreven a ser verdaderamente libres son “proscritos” en este nuevo mundo que está creando nuestra oligarquía partitocrática.


   
Lunes, 17 de Marzo 2008
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