"La mejor venganza será la democracia". La frase la ha pronunciado Bilawal Bhutto, hijo de la recién asesinada líder pakistaní del PPP, Benazir Bhutto, confirmando que el atentado que segó la vida de su madre fue un golpe del islamismo más retrógrado y sanguinario dirigido no sólo contra la democracia pakistaní sino contra la democracia mundial, entendida como concepto libertador.
Pero la frase, que ha llevado al partido de Bhutto hasta la victoria en Pakistán, sirve a todos los demócratas del mundo que padecemos la degradación de nuestras democracias y el dominio ilegitimo de una "casta" política ineficiente, atrincherada en el poder, manipuladora y amiga de privilegios y de ventajas, integrada por políticos arrogantes y convertidos en los "nuevos amos" del mundo.
Contra ellos, "la mejor venganza será la democracia", una democracia auténtica, diametrálmente opuesta a la que hoy nos imponen, una democracia de ciudadanos en la que los poderes sean la emanación auténtica de la ciudadanía, controlado por los ciudadanos. Una democracia con listas abiertas, con gobiernos controlados, con los poderes básicos funcionando en independencia y competencia, con una prensa libre y crítica, sin partidos políticos alienados, profesionalizados, autoritarios, verticales y atiborrados de poder, y con ciudadanos que ejerzan como lo que realmente son, los "soberanos" del sistema.
Algunos pensadores y comentaristas han advertido que la tercera guerra mundial podría librarse en este siglo XXI y será la del ciudadano contra las ineptas clases dirigentes afincadas en el poder, incapaces, arrogantes y alejadas de la auténtica democracia.
Pero la frase, que ha llevado al partido de Bhutto hasta la victoria en Pakistán, sirve a todos los demócratas del mundo que padecemos la degradación de nuestras democracias y el dominio ilegitimo de una "casta" política ineficiente, atrincherada en el poder, manipuladora y amiga de privilegios y de ventajas, integrada por políticos arrogantes y convertidos en los "nuevos amos" del mundo.
Contra ellos, "la mejor venganza será la democracia", una democracia auténtica, diametrálmente opuesta a la que hoy nos imponen, una democracia de ciudadanos en la que los poderes sean la emanación auténtica de la ciudadanía, controlado por los ciudadanos. Una democracia con listas abiertas, con gobiernos controlados, con los poderes básicos funcionando en independencia y competencia, con una prensa libre y crítica, sin partidos políticos alienados, profesionalizados, autoritarios, verticales y atiborrados de poder, y con ciudadanos que ejerzan como lo que realmente son, los "soberanos" del sistema.
Algunos pensadores y comentaristas han advertido que la tercera guerra mundial podría librarse en este siglo XXI y será la del ciudadano contra las ineptas clases dirigentes afincadas en el poder, incapaces, arrogantes y alejadas de la auténtica democracia.