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La mayoría de los partidos políticos españoles son focos de delincuencia



Los españoles están perplejos ante la bajeza y suciedad de la política y, especialmente, ante el miserable comportamiento de la mayoría de los partidos políticos, convertidos en nidos de avarientos, delincuentes y corruptos, amparados por sus podridas organizaciones mafiosas.

Después de las experiencias de Bárcenas en el PP y, sobre todo, de Zapatero, Sánchez y sus forajidos reclutados para el gobierno, la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles creen que los partidos políticos son el mayor problema del país, nidos de delincuencia y focos de maldad.

En el PP, después de la dura experiencia de Bárcenas, llegaron a admitir que el partido era un nido de delincuentes, pero el PSOE, a pesar de la evidencia rotunda de los Ábalos, Santos Cerdán, Koldo, Tito Berni, la esposa y el hermano del presidente y el fiscal general, entre otros muchos, se niega con desconcertante hipocresía a admitir que el socialismo español y la izquierda en general son guaridas de ladrones, rufianes, corruptos y delincuentes de varias especies.
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La delincuencia política está llevando a España hasta el desastre, hasta el punto de que muchos ya admiten que la única solución pasa por la disolución de los actuales partidos y su sustitución por asociaciones decentes y éticas, único camino, quizás, si se quiere evitar un estallido violento en las calles y plazas o un conflicto civil como el de 1936.

Es cierto que el PP está infectado, pero el PSOE es el partido más experto en esas artes del robo, el enriquecimiento, la delincuencia política, el abuso de poder, el saqueo con impuestos abusivos, el manejo de dinero clandestino, procedente de suciedades y del tráfico de contratos sucios, subvenciones trucadas y favores inconfesables,

Todo ese tinglado corrupto y nauseabundo, que los políticos niegan pero que constituye el alma de los partidos, convierte a España en un país inviable y camino de transformarse en un Estado Fallido, como algunas repúblicas africanas.

Cuesta admitirlo, pero España necesita una reforma urgente de su sistema político porque sus partidos se han convertido en un riesgo letal para la nación y deben ser disueltos y sustituidos por otras organizaciones más decentes y de ética más garantizada.

El dictador Franco, cuyo mayor mérito quizás haya sido mantener a España durante casi medio siglo libre de partidos políticos, tenía una pésima opinión de esas organizaciones y advirtió a los españoles que si los admitían tendrán que soportar destrucción de la patria, injusticias y todo tipo de basura.

Franco dijo que esos partidos se autoproclaman "cauces y mecanismos de representación pública", pero que "en lugar de constituir un sistema de frenos morales y de auxiliares colaboradores del Gobierno, alimentan la posibilidad de socavar impunemente el principio de autoridad y orden social" y además engendran "una permanente guerra fría dentro del propio país".

Basta observar y analizar el papel de los partidos en la mal llamada "democracia" española para advertir que se han ajustado a lo que Franco pensaba de ellos y que más que actuar como fuerzas al servicio del progreso y de la convivencia, han operado como elementos de confrontación, división, enfrentamiento, ruptura, abuso, corrupción e injusticia.

Francisco Rubiales

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Lunes, 20 de Octubre 2025
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