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La España incomprensible y descerebrada que vota al PSOE



¿Cómo un país moderno, europeo, democrático y en apariencia culto, como España, puede votar y otorgarle el poder al partido que es responsable en gran medida de la Guerra Civil, que ha robado sus inmensas reservas de oro, que se las ha regalado a Stalin, el mas sanguinario de los dictadores, que se alía para gobernar con golpistas, totalitarios y enemigos de España y que ha arruinado la nación y la ha dejado plagada de desempleados al menos dos veces en los últimos años, que ha practicado el terrorismo de Estado y que se dispone a subir los impuestos, entre ellos el confiscatorio que roba las herencias, creando el peor infierno fiscal de Europa, cuando el resto del mundo los baja o los suprime para activar sus economías y beneficiar a sus ciudadanos?

El socialismo retrocede y se extingue en casi todo el mundo, pero en España controla el poder. La única explicación de esa locura es que España está tan enferma y desquiciada que sus ciudadanos no dudan en votar a sus verdugos.
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Puño en alto, un saludo totalitario y manchado de sangre
¿Cómo es posible que los españoles se dispongan a votar y a otorgar la victoria, según dicen las encuestas, al partido que provocó la Guerra Civil de 1936, el que, sin respetar la Constitución, apuesta por el federalismo, el que ha domesticado la Justicia y sojuzgado a diputados y senadores, destrozando así la esencia de la democracia, que es la separación de los poderes básicos del Estado, el que se ha instalado en la mentira, el que socava el prestigio de la monarquía, el que cobra impuestos brutales y confiscatorios y el que sigue cultivando la amistad de los más indeseables antiespañoles?

La lista de desmanes y daños causados a España y a los españoles por el PSOE es casi interminable, pero, milagrosamente, los españoles apenas recuerdan sus agresiones y suciedades: saqueo de las cajas de ahorro,desindustrialización, ocupación y sometimiento de la sociedad civil, asesinato de Montesquieu y de la separación de poderes, apertura de las puertas de España a la corrupción, politización de la Justicia, cesiones indignas ante vascos y catalanes, robos masivos, como los de los EREs en Andalucía, manipulación de la Justicia, concursos públicos trucados, comisiones ilegales, subvenciones a los amigos, engorde suicida del Estado, impuestos abusivos, privilegios ilícitos para ellos y sus amigos, redes clientelares y mafiosas, marginación y acoso a los adversarios, y cientos de delitos que esperan para ser juzgados.

Ese PSOE que camina ciego hacia la destrucción de España acaba de sufrir la humillación de que su líder y candidato, Pedro Sánchez, sea el primer presidente de gobierno español recriminado por la Junta Electoral y expedientado por haber practicado el electoralismo y utilizado los recursos del gobierno, que deben ser neutrales según la Constitución, en beneficio de su partido.

Pero nada de eso importa porque sus votantes han demostrado decenas de veces que le votan pase lo que pase, desde la ceguera y el odio al adversario de derecha, toda una desgracia que convierte a los comicios españoles en algo parecido a un derby de fútbol entre eternos rivales que se odian. La incomprensible España es el único país de Europa, junto con Portugal, donde el socialismo no está en extinción y es apoyado por millones de ciudadanos.

La lista de abusos, desmanes y fracasos acumulada por el socialismo español en las últimas décadas es sobrecogedora. Ha gobernado en Andalucía durante cuatro décadas y ha hecho de ese hermosa región española la capital europea de la corrupción, del atraso y del desempleo, además de haberla convertido en un infierno fiscal que expoliaba a los ciudadanos, que robaba herencias y que con su política de codicia voraz, espantaba a las empresas y generaba desempleo crónico. Los mandatos de Felipe Gonzáles y Zapatero terminaron de manera desastrosa, con una España al borde de la ruina económica y con el país lleno de desempleados, corrupción y crisis. Uno de los resultados del poder socialista es que miles de políticos se hicieron millonarios gracias al poder.

En España, el socialismo patrocinó la corrupción generalizada, alimentó el independentismo, permitió a catalanes y vascos construir en sus territorios regímenes antiespañoles cargados de odio y violencia, que adoctrinaban alteraban la Historia, ocultaban la verdad y utilizaban los recursos público para destruir España.

Lo único que salva al PSOE y le permite seguir siendo un partido fuerte con opciones de gobernar es que enfrente tiene al Partido Popular, un partido que compite directamente con el socialismo en corrupción, desvergüenza, arbitrariedad, desprecio a la democracia y lejanía de los ciudadanos, pero que al menos ha optado por la unidad de España y siente repugnancia por la disgregación y las alianzas con la escoria violenta, separatista y golpista. Si en lugar de tener a fanáticos enfermos como votantes y de tener en frente, como contrapunto, al PP, el PSOE tuviera que enfrentarse a partidos decentes y democráticos, estaría condenado y no obtendría más de una docena de escaños.


Francisco Rubiales

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Lunes, 4 de Noviembre 2019
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