Información y Opinión

La Andalucía arbitraria e injusta de Manuel Chaves





Hace pocos meses denunció la prensa que Manuel Chaves gastó 600.000 euros de dinero público andaluz, sacado de los impuestos que pagan los ciudadanos, para fomentar la lectura de "El País" entre los jóvenes de esta comunidad autónoma. No es ésta la peor de las arbitrariedades e injusticias del "régimen" socialista andaluz, pero sí una de las más significativas y reveladoras de su sectarismo injusto, de su democracia prostituida y de la constante utilización de los fondos públicos para beneficiar a los amigos del poder.

"El País" ha sido, durante todo el "chavismo andaluz", el diario amigo del régimen, el aliado fiel que silenciaba los abusos e irregularidades, que propagaba la propaganda política de la Junta y que mentía una y otra vez para difundir la imagen de una Andalucía moderna y próspera que nunca existió.

Es una medida antidemocrática, arbitraria y sin precedentes en una democracia europea, que demuestra el grado de indecencia y corrupción alcanzado por Andalucía en tiempos de Manuel Chaves, cuando hacía y deshacía a su antojo y cuando, ante el vergonzoso consentimiento de una sociedad sometida, contruyó un régimen" clientelar" profundamente injusto, en el que se beneficiaba a los amigos y se perjudicaba a los adversarios, plagado de subvenciones injustas, listas negras, venganzas y reparto inmoral e injusto del dinero público.

El actual vicepresidente del Gobierno, que tendrá que afrontar la Justicia por haber entregado diez millones de euros públicos a una empresa donde su hija Paula era apoderada, subvencionó con dos pagos directos de 300.000 euros cada uno a este periódico para su "difusión en los centros públicos de Educación Secundaria y de Adultos en las ocho provincias andaluzas".

Prisa, editora de El País y dueña de la SER y de Sogecable es un pilar del "imperio" socialista én España. Al igual que Mediapro, la otra gran columna mediática del socialismo, tendría que haber suspendido pagos hace mucho tiempo, pero están sindo mantenidas con vida por el PSOE, utilizando inyecciones de dinero de todos los españoles.

Esa ayuda al diario amigo, unida a la subvención de otros medios que silenciaban las injusticias, errores y carencias de la Junta y a la marginación de los medios críticos, perfilan el mapa mediático de la Andalucía de Chaves, en la que la Junta, primer empleador de periodistas en toda la región, ha dedicado siempre grandes recursos a la propaganda y a difundir la mentira oficial de un a región próspera y democrática. El control de los medios de comunicación, encabezado por el potente y costoso sistema de Canal Sur, con tres canales abiertos funcionando, ha sido, probablemente, la primera prioridad del "régimen" de Manolo Chaves.

La verdad de Andalucía, ocultada tanto por los medios amigos como por los subvencionados y aquellos que, con su sumisión, esperaban siempre recibir subvenciones y concesiones públicas, es muy distinta a la falsa "verdad oficial": es la región más atrasada de España, más subvencionada y líder en aspectos tan decisivos como la baja calidad de la enseñanza, el fracaso escolar, el tráfico y consumo de drogas, la prostitución, la proliferación de cargos públicos y coches oficiales, los privilegios de los políticos y otras muchas vergüenzas.

La economía andaluza sigue siendo parecida a lo que era cuando murió el dictador, basada en el turismo y la agricultura. La industria apenas existe, salvo en sectores mantenidos activos gracias a subvenciones masivas de la Junta, como el aeronautico, el automovilídstico y el de astilleros, este último ya casi desaparecido.

La Andalucía de Chaves, todavía viva aunque malherida por la crisis y la falta de dinero para comprar voluntades y favores, es un socialismo duro disimulado y travestido de democracia donde el poder lo controlaba todo y en el que la presencia de lo público era tan densa como agobiante. Para encontrar otra sociedad en Europa con una densidad similar de lo público habría que remontarse a los tiempos de Leónidas Breznev en el Kremlin y compararla con alguna de las muchas repúblicas soviéticas de la época.

José Antonio Griñan, el nuevo presidente de la Junta, es un heredero del imperio socialista tejido por Chaves, cuyo mayor mérito es no someterse al todopoderoso binomio Chaves-Zarrías, auténticos capos andaluces durante las últimas dos décadas.

Pero la Andalucía que Griñçan ha heredado necesita con urgencia una perestroika, una verdadera modernización y, sobre todo, una democracia, que en Andalucía, sin un imperio de la ley igual para todos, sin una auténtica separación de poderes, sin sociedad civil independiente y sin ciudadanos libres y soberanos, no ha existido desde la muerte de Franco, salvo en lo que se refiere a la cita periódica con las urnas.


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Domingo, 26 de Septiembre 2010
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