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LA VERDAD SOBRE EL ANTIGUO MÉXICO


Nota

La historia oficial sobre la conquista y civilización de México está plagada de mentiras antiespañolas forjadas por los enemigos de España, muchas veces derrotados, por el resquemor y las rencillas de miserables y por el interés de políticos desalmados y expoliadores.

Por fortuna, algunos investigadores e historiadores dignos y decentes están reconstruyendo la verdad y escribiendo otra historia sobre aquel acontecimiento de interés mundial que fue la incorporación de México al mundo.

El autor del artículo que hoy reproducimos, valioso y de gran verdad, es uno de ellos.

Gloria y honor a la verdad en un mundo de mentiras y de mentirosos con poder político.
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LA VERDAD SOBRE EL ANTIGUO MÉXICO
Si hay algo que nos da estudiar a los aztecas, a los mayas, a las tribus prehispánicas, es un entendimiento básico de cómo fue el neolítico, y la conclusión a la que llega cualquier persona que aspire a un mínimo de objetividad, es que el neolítico fue un período de crueldad extrema, al menos en Mesoamérica.

En este lugar desde donde te estoy contestando esta pregunta, hoy está repleto de bares y restaurantes, de gimnasios, consultorios médicos, jardines y parques y muchas casas donde vive gente que lo que más quisiera es no tener nunca que enfrentar ninguna forma de violencia. Pero hace 600 años, aquí, en este mismo lugar, habitaban un montón de tribus que se pasaban los siglos peleándose a muerte entre sí. Y de todas ellas, la tribu dominante, los mexicas, era extremadamente sangrienta y llevaba la crueldad a extremos difíciles de imaginar ahora, incluso para el habitante de un país en guerra.

Los arqueólogos hablan de entre 30,000 a 80,000 sacrificios humanos por año realizados por los mexicas. Sacrificios, dicen. Estamos hablando de asesinatos en los que a cada víctima se le sacaba el corazón, mientras la víctima estaba viva. Luego, el sacrificado moría, por supuesto, y era comido. Canibalismo para alimentar a una clase de nobles, sacerdotes y generales de unas 1500 personas.

Eso fue la vida en lo que hoy es México.

Lo aterrador de todo esto evita que me pueda burlar de quienes lo defienden. De los románticos que dicen que los españoles vinieron a quitarnos nuestras tradiciones. No puedo burlar porque esto no puede mover a la risa.
Estamos hablando de ríos de sangre, de decenas y decenas de miles de guerreros, niños y doncellas asesinadas en cuestión de días para satisfacer una casta de infames.

Es inexplicable la condescendencia de los indigenistas. «Eran sus tradiciones», «los inquisidores tampoco eran unos santos». Carajo, qué miopía es la que no puede ver en ello la que puede ser considerada la máxima aberración de la historia humana.

Hay una película premiada, estupenda, que se llama «Retorno a Aztlán». Es mexicana, está en náhuatl. Es una joya. Véanla.
Bueno, pues eso era la vida por acá.

Llegaron los españoles. Llegó Cortés con 300 hombres, 13 caballos muertos de hambre y algunos arcabuces. Entendió en unos cuantos días lo que las tribus subyugadas no habían podido entender en 200 años.
Veni, vidi, vici.

Vio, negoció, convenció. Se hizo de aliados, tejió un plan. Peleó, perdió, resistió. Consiguió refuerzos que no llegaron a sumar 1000 españoles. Invadió una ciudad que en ese momento tenía al menos una población de un millón de mexicas. Sólo la clase militar tenía más de 1,500 generales.

Como decía Luis González de Alba: Si este país hubiera sido conquistado por los trescientos españoles de Cortés, con diez caballos hambreados y unos arcabuces viejos, vergüenza debería de darnos andarlo diciendo.»

Y, sí, Cortés jugó bien sus cartas, con maestría, y la destrucción de Tenochtitlan la realizaron miles de indígenas aliados a él que entraron con la furia y el odio de los humillados con la brutal ferocidad mexica.

Lo que hizo España fue que en una sola generación, esos indígenas que vivían en la edad de piedra, en la más brutalidad más feroz, se instalaron en pleno renacimiento.

Se pusieron a construir catedrales, a hacer puentes, puertos, caminos, astilleros. Esos indígenas que no pasaban de hacer canoas, se volvieron constructores de barcos.

Universidades, hospitales, plazas, acueductos.

La América Novohispana tuvo a algunos de los mejores tipógrafos del mundo, en un lugar donde hasta apenas unas décadas atrás, no existía la escritura.

La Nueva España se convirtió en el centro de la primer globalización transoceánica, la primer gran globalización.

Comerció con la India, Indonesia y Filipinas. Abolió la esclavitud de los indígenas y más tarde de los negros. Dio a sus ciudadanos indígenas algo que nunca haían tenido: Derechos. Los hizo súbditos de la corona de Castilla y les reconoció las obligaciones y derechos de los súbditos peninsulares.

Contrario a lo que se dice, España no realizó la evangelización forzada. Ésta fue prohibida por la Reina Isabel. Se convirtieron al cristianismo los que quisieron, y ni modo, si a los entusiastas del indigenismo les duele, tendrán que sobarse, porque eso está documentado.

¿Y cómo no se iban a convertir, si sus dioses los habían abandonado? Tanto pinche sacrificio humano, y a la mera hora sus nobles y sacerdotes acojonándose. Y que conste que no lo digo nomás yo. Al Moctezuma su pueblo mismo le pegó una pedrada, por cobarde.

Siglo XVIII y la Nueva España es una provincia floreciente, próspera, que paga sus impuestos, que defiende sus fronteras, que tiene una flota que hace correr a los ingleses, que tiene jueces, tribunales, que imprime libros y partituras, que desarrolla ciudades hermosas que aún están en pie.

Las cosas no duran para siempre. Los conflictos en Europa y la mala leche de los ingleses contra los españoles, terminó por de debilitar a ese gran imperio español, que mantuvo su hegemonía por 300 años. Vinieron los movimientos de independencia y el inicio de una nueva era, que también ha dado sus frutos, que también ha tenido sus logros, aunque viéndola desde adentro a algunos les parezca que merecemos mejor fortuna.

Ni modo, la historia es la que es. No sé si realmente la merezcamos. En lo individual, habrá quien la merezca. Como países, tras las guerras de independencia han sido muchas las veces que hemos fallado al defender nuestros intereses. La voracidad de Estados Unidos nunca ha sido fácil de enfrentar.

Pero de ese pasado novihispano, si somos honestos no nos queda más que reconocer que España emprendió la mayor aventura en términos de civilización que se haya logrado.

Un brinco del neolítico al renacimiento en una sola generación, no está nada mal.

Hispanoamérica no necesita un psicoanálisis colectivo para hacer las paces con su pasado. Necesita una clase política que deje de buscar chivos expiatorios para justificar sus fracasos, y aprender a leer su historia aspirando a la mayor objetividad.

La hispanidad es lo mejor que le pudo haber pasado a América, y aún hoy, a 500 años de la conquista, su importancia es crucial para oponerse a otras visiones del mundo, que ésas sí que son puritanas, xenófobas, racistas, segregacionista, intolerantes y autoritarias.

Texto de Gustavo Guardiola. mexicano e hispanista.
31 de julio de 2022

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Domingo, 18 de Septiembre 2022
Artículo leído 1335 veces




Comentarios:

1.Publicado por José Antonio López Esteras el 18/09/2022 08:27
Totalmente de acuerdo con el hispanista mexicano Gustavo Guardiola quiero resaltar que la ciudad de México fue la más importante de América durante siglos una de las mas prósperas del mundo, llegando a superar al propia Madrid.
El Imperio Español en América fue Humanista y Cultural y para nada fue Colonial, pues construyó 50 universidades, las dos primeras de 1522 en Perú y Santo Domingo, cuando en muy pocos países del mundo existían universidades y más de mil Hospitales y la moneda que circulaba por todo el mundo civilizado era el "real de a ocho" durante 300 años que también era acuñado en América, hasta en China lo utilizaban.
Recomiendo visitar el ATLAS Hispánico:
https://comunidad-naciones-hispanicas.org

2.Publicado por vanlop el 18/09/2022 09:24

No voy a añadir nada, porque el artículo lo dice todo. Pero como tengo que escribir un comentario contaré algo que no ha dicho el artículo.

No sé si esto servirá como descargo a las costumbres mexicas, pero creo que la verdad hay que decirla.

En la zona de América Central, el animal más grande que se podía comer era el pavo. Cierto que podían haber hecho granjas de pavos y es posible que las tuvieran, pero esa carne no llegaba la pueblo o al menos no con la frecuencia necesaria.

Así que para obtener carne, desarrollaron un sistema religioso que les permitía comerla sin problema. Así que se dedicaron a guerrear con las tribus vecinas y a comerse a los prisioneros, eso sí, disfrazado de religión. Al final, las guerras no tenían otro objetivo que conseguir carne.

De haber llegado los españoles un siglo después, no hubieran encontrado a nadie, porque a unos se los habrían comido y los otros, al no haber gente que sacrificar, habrían muerto de hambre.

Cortés se encontró con un panorama desolador. Cierto que le vino muy bien para conseguir aliados, pero la situación de aquella gente era desesperada. Se encontraron con una tribu en la que el hombre más anciano tenía dieciséis años, porque todos los mayores habían muerto o se los habían llevado. Por tanto, ante la desesperación de la gente, no tuvo dificultad para encontrar aliados.

Evidentemente el imperio azteca tenía los pies de barro, de otra forma hubiera sido imposible que en una generación la gente se olvidara de él. De hecho y esto no lo menciona el artículo, la estructura burocrática se mantuvo intacta, la diferencia es que los burócratas en lugar de servir a Moctezuma, servían, sin el menor problema, a Carlos. Con unos miles de españoles hubiera sido imposible tener la burocracia necesaria para mantener el país funcionando.

Sabía que Moctezuma murió como consecuencia de una pedrada. Al parecer se quitó las vendas que le pusieron, dejándose morir. Lo que no había leído es que fuera un indio. Claro que si hubiera pensado un poco hubiera llegado a esa conclusión, porque un español lo habría atravesado con su espada.

Pero, como estamos viendo en España, cuando se es un incompetente, se busca un culpable que justifique la impotencia de los gobiernos, aquí es Franco y ahora Putin, allí los malvados españoles.

Lanar hay en todas partes.

Pasmao

Muy agudo su comentario. Como siempre.

3.Publicado por mentalmente el 18/09/2022 11:18
Buenas a todos,

Muy interesante el artículo, los indígenas ya no arrancan corazones a personas vivas, pero, por esa misma época, los musulmanes que se les presuponía culturalmente y tecnológicamente civilizados, todavía hoy algunos siguen cortando cuellos y la mayoría sigue renegando de reconocer y respetar toda clase de valores humanos universales.

Y nos estamos dejando conquistar (otra vez), por una cultura cuyos estándares éticos son peores que los nuestros.

Por otra parte, han surgido nuevos tipos de cultos, como el marxismo, y, al igual que el islam al respecto de otros cultos anteriores a él, no por ser más nuevos implican promocionar mejores estándares éticos. Y todavía la sociedad, la opinión pública no alcanza a comprender que esa ideología está obsoleta a la luz de los hechos históricos y sigue defendiéndola.

Así que puede verse con claridad que no necesariamente lo que es más nuevo es más avanzado. Y estamos desarrollando nuevos salvajismos.

La censura a la que se llega hoy en día, la violación de la privacidad, la actitud totalitaria y becerril, modernas, no tienen nada que envidiar a las de tiempos pasados.

Un saludo

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El voto en blanco es una bofetada democrática a los poderes políticos ineptos y expresa la protesta ciudadana en las urnas cuando padece gobiernos insoportables, injustos y corruptos. Es un gesto democrático de rechazo a los políticos, partidos y programas, no al sistema. Conscientes del riesgo que representaría un voto en blanco masivo, los gestores de las actuales democracias no lo valoran, ni lo contabilizan, ni le otorgan plasmación alguna en las estructuras del poder. El voto en blanco es una censura casi inútil que sólo podemos realizar en las escasas ocasiones que se abren las urnas. Esta bitácora abraza dos objetivos principales: Valorar el peso del voto en blanco en las democracias avanzadas y permitir a los ciudadanos libres ejercer el derecho a la bofetada democrática de manera permanente, a través de la difusión de información, opinión y análisis.




HIENAS Y BUITRES. PERIODISMO Y RELACIONES PERVERTIDAS CON EL PODER


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Lo que hoy llamamos "democracia" es un triste remedo de lo que fue ese sistema en sus orígenes. Los políticos han aprendido a violarla y la han desnaturalizado y desarmado. "Democracia Severa, mas allá de la indignación" (Tecnos 2015), de Francisco Rubiales Moreno y Juan Jesús Mora Molina, es un libro que denuncia la degradación de la democracia y señala las reformas que el sistema necesita para que sea justo y decente y para que los políticos estén bajo control.
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