Colaboraciones

IÑAKI GABILONDO AMENAZA CON DEJAR CUATRO...





... si la audiencia o los índices del share siguen dándole la espalda al informativo que dirige y presenta en la nueva cadena analógica en abierto (es la prótasis elidida, mas sobreentendida, que acaso habría que agregar a la apódosis que obra arriba, en el título o campanario).

El menda lerenda entiende el cabreo, enfado o rebrote que ha pillado Iñaki, porque debe ser un palo muy gordo, quiero decir muy duro, pasar de ser el rey de la radio a ser el mendigo o pordiosero de la televisión. Debe ser muy duro pasar de las mieles del triunfo (mel in ore) diario a las hieles o al ajenjo de la derrota hodierna. Debe ser muy duro pasar de gozar el aprecio general y el predicamento o prestigio concedido por los oyentes a padecer la displicencia o el ninguneo de los televidentes.

Iñaki Gabilondo, el locutor donostiarra de oro, que es, sin lugar a dudas ni espacio para controversia, uno de los “animales o tesoros radiofónicos” (que pueden contarse con los dedos de una mano) que ha tenido España en los 30 últimos años, ha salido por peteneras, comportándose excepcionalmente como un crío (y, además, cagón).

Dilecto Iñaki, quiero que sepas que el menda lerenda te ve y escucha a diario desde las nueve menos algo de la noche en Cuatro; y permíteme que te recuerde que la mayoría no siempre tiene la razón.

Si tienes un rato libre, procura reflexionar sobre las cuatro patas de este banco (que te ofrezco para tu descanso y relajo): una, que el éxito es el fracaso que cambia de repente de rumbo; dos, que los reveses son la sal y la pimienta que dan sabor exquisito al éxito; tres, que, según Wilhelm Steckel (cotéjese con el final de “El guardián entre el centeno”, de David Jerome Salinger, porque cito de memoria), si el insensato desea morir orgullosamente por una idea o causa, el sensato aspira a vivir humildemente por ella; y cuarta y última, que, según Rudyard Kipling, una persona inteligente se recupera pronto de un fracaso, una necia no so sobrepone nunca de un éxito.

Si con los cuatro pies del banco no he conseguido persuadirte, acudiré, como postrero recurso, a José Martí, para ver si logro convencerte: “Sólo la opresión debe temer al pleno ejercicio de la libertad. Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. Un hombre que oculta lo que piensa, o que no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado.”

Espera haberte ayudado a reconsiderar tu postura y cambiar el criterio quien te estima sobremanera, tu amigo, aunque nunca nos hayamos saludado siquiera, el menda lerenda,


Ángel Sáez García

Franky  
Jueves, 24 de Noviembre 2005
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