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Gordon Brown señala el camino correcto: privatizaciones





El Gobierno del Reino Unido acaba de anunciar un plan de venta de activos públicos con el que pretende recaudar unos 16.000 millones de libras (alrededor de 17.600 millones de euros) en los próximos cuatro años para reducir el déficit público, que alcanzará pronto un 11,6% del PIB, según el Fondo Monetario Internacional.

Con esa medida, el gobierno británico pretende recaudar el dinero que necesita sin esquilmar a los ciudadanos con impuestos, como ha hecho su colega Zapatero en España, al mismo tiempo que introduce en la economía el aliciente de las privatizaciones, que siempre ha actuado como reactivador del mercado y de la inversión.

Otra de las consecuencias de la decisión es adelgazar al Estado, una medida siempre necesaria en tiempos de crisis.

La decisión del primer ministro británico, Gordon Brown, es todo un ejemplo para el torpe y equivocado presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien, poseedor de una anticuada e ineficiente ideología que potencia lo público frente a lo privado y que otorga al Estado un estúpido y antidemocrático papel de protagonista en la vida económica, está llenando España de funcionarios y empleados del Estado, lo que requiere una masa de dinero que la economía española, casi paralizada, no puede proporcionar al gobierno, que lo extrae sin escrúpulos del bolsillo de los españoles, lo que provoca más parálisis del sistema, más desempleo y más odio de la sociedad al gobierno esquilmador.

Gordon Brown, explicó en una conferencia pronunciada en Londres que la primera ronda de ventas de activos no financieros permitirá recaudar unos 3.000 millones de libras en dos años. Si bien el grueso de los ingresos, hasta los 16.000 millones citados, se centran en el impulso de futuras ventas de activos de entidades locales, aún sin precisar.

Las privatizaciones en España, iniciadas en tiempos de Felipe González, constituyeron todo un éxito. Empresas anquilosadas y burocratizadas como la antigua Compañía Telefónica, una vez privatizada, se transformó en una de las mejores y más rentables del mundo en su sector. Lo mismo ocurrió con otras muchas empresas de servicios, energéticas e industriales que fueron privatizadas, proporcionando al Estado recursos sin tener que sacarselos a los ciudadanos del bolsillo.

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Martes, 13 de Octubre 2009
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