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"Falta de humanidad" en la anterior Junta de Andalucía



La deshumanización en la Junta de Andalucía es el peor de los escándalos imaginable y es de tal envergadura que no debería quedar impune, a pesar de que las leyes, en España, prácticamente eximen a los gobernantes de toda culpa en la gestión del poder, aunque ese poder sea inicuo y perverso.
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"Ha habido una falta de humanidad que a mí me da vergüenza", denuncia la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz, refiriéndose al "nuevo engaño" del anterior Gobierno socialista, esta vez en relación a la lista de espera de la dependencia, un sistema que actualmente atiende en la comunidad a 212.243 personas, en el que se han descubierto que había 34.373 andaluces que han solicitado entrar al sistema, pero que ni siquiera han sido valorados y que, según ha denunciado el Ejecutivo, no figuraban en las estadísticas oficiales que ofrecía el anterior Gobierno.

Estas 34.373 se suman a las 75.097 personas recogidas en las cifras oficiales, que sí están valoradas, pero a la espera de que se elabore el Programa Individual de Atención (PIA), paso previo a la concesión de alguna de las prestaciones que contempla el sistema –centros de día, residencias de mayores, ayuda a domicilio, etc.–.

Ese fraude se agrega al de las listas de espera en la anidad pública, en el que la Junta ocultaba nada menos que a medio millón de pacientes.

Pero no son estas las dos únicas "maldades" inexplicables del anterior gobierno socialista, que también exhibía una crueldad sin rasgo alguno de humanidad en la aplicación del Impuesto de Sucesiones, una tributo devastador que ha generado renuncias a herencias, ruina económica de familias, cierres de negocios familiares y hasta intentos de suicidio y daños en la personalidad en las víctimas, acosadas por los embargos, multas, intereses y acoso por parte de una administración tributaria que, además, tasaba los bienes heredados muy por encima de su precio de mercado sin otro fin que "aplastar" a los contribuyentes.

Algunos expertos cren que cuando se analiza el comportamiento de la anterior Junta socialista, se observa que la deshumanización y la falta de respeto a la ciudadanía es causada no sólo por la falta de ética y de principios, sino por el ansia de recaudar dinero para financiar el clientelismo inmenso creado y para beneficiar a los cientos de miles de amigos del poder mantenidos por el socialismo gobernante.

Un miembro del nuevo gobierno que prefiere mantenerse en el anonimato me reveló hace días que lo que más impresiona a los nuevos gobernantes del PP y Ciudadanos es "la crueldad" de la anterior Junta en sus procedimientos y decisiones, citando como ejemplo que el sistema siempre elegía la forma más perjudicial y dañina para los administrados.

Ese miembro del nuevo gobierno aseguraba que la brutalidad y la injusticia se han cebado también con los solicitantes de ayudas y subvenciones, que se han otorgado sin justicia y sin tener en cuenta méritos ni viabilidad de los proyectos e iniciativas, con los desempleados que necesitaban formación y se les negaba, en las plazas de las residencias de ancianos, con las empresas que eran marginadas de los concursos públicos y concesión de subvenciones, con los profesionales marginados por su falta de sintonía con el socialismo, con las becas concedidas, con la escolarización de los alumnos, con el cobro de impuestos, de los que parece que se han librado bastantes amigos del poder y hasta con la tutela que la Junta ejercía sobre actividades del sector sin ánimo de lucro, entre otras muchas. "Todo se irá conociendo con el tiempo, a medida que encontremos pruebas", concluyó.

La falta de humanidad es corrupción pura y grave, de la peor especie, y se genera no sólo por la falta de ética, valores y principios de los gobernantes, sino porque el sistema, después de tantos años de poder casi sin límites, tiende a pudrirse y deshumanizarse, haciéndose cruel, frío y despiadado. Por eso la democracia recomienda la alternancia en el gobierno y la rotación en los cargos, sin que ninguna persona permanezca demasiado tiempo en el mismo cargo.

La verdadera corrupción de la anterior junta socialista está en su deshumanización y crueldad, más que en el robo de dinero público o en el gasto de los fondos en prostitutas y drogas. El drama de las listas de espera falseadas es mucho más grave de lo que parece porque ese medio millón de pacientes ocultos ha causado una número indeterminado, pero elevado, de muertes innecesarias, que pudieron evitarse con una gestión más eficaz de esas listas interminables y vergonzantes.

Francisco Rubiales

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Miércoles, 20 de Marzo 2019
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