Parece tranquilizador que la dirección de PRUNE (Partido Renacimiento y Unión de España), un partido nacional dirigido a las minorías y con el Islam como factor determinante, haya declarado su absoluto respeto a la Constitución Española.
La Constitución Española nos indica nuestros derechos y nuestros deberes, nos habla de la justicia, poder judicial, poder legislativo, ejecutivo, respeto a la vida y la pena de muerte no existe en España, excepto pera casos de alta traición en tiempo de guerra. Es de obligado cumplimiento para quien resida en España, aunque a veces es lícito dudar si nuestros políticos la cumplen.
Tomarse la justicia por su mano y más cuando se persigue la muerte de un semejante es algo que se condena sin ambages y con toda el peso de la justicia. Quienes quitan la vida a otro en nuestra sociedad recibe calificativos de asesino, criminal, mafioso, terrorista y algún etc. todos ellos poco atractivos.
A menudo sucede en nuestra sociedad que grupos relacionados con la delincuencia solucionan problemas internos con asesinatos que son catalogados como “Arreglos de cuentas”. Pero eso no quiere decir que la sociedad no los investigue y lleve al banquillo a los responsables. Afortunadamente, con frecuencia son detenidos clanes enteros.
Los “ajustes de cuenta” de la Mafia (Cosa Nostra) son los más conocidos, probablemente gracias al cine. Algunos quizás no conozcan lo que significa “tener un contrato”: es la pena de muerte que un capo o jefe de familia decreta contra un enemigo, generalmente interno.
Yo me pregunto si las “penas de muerte” contra un ciudadano emitidas por un cargo religioso, basadas en la interpretación personal de unas leyes religiosas de hace 1400 años, las conocidas Fatwas islámicas, serán aceptadas por el Partido Renacimiento y Unión de España y si serán ejecutadas en territorio español. Hace unos días han sido detenidas en Irlanda Colleen LaRose alias ”Jihad Jane”, y Jamie Paulin-Ramírez, de 31 años, de Colorado, empleada de sanidad y con un hijo de 6 años. Ni mucho menos un perfil de terrorista. Ambas convertidas al islamismo. Su víctima era el dibujante sueco Lars Vilks por sus caricaturas. Todos concocemos la de Ahmed Salman Rushdie.
Sobre Mourinho, entrenador del Inter, también pesa una condena por opinar que un jugador musulmán podía jugar, a pesar del Ramadán, y afirmar que no era un camello
PRUNE ha irrumpido en la vida política española cargado de incognitas. Hasta ahora no se le ha visto condenar los secuestros y crímenos que cometen los islamistas extremistas en el mundo, ni siquiera los secuestros de cooperantes españoles en África, ni el reciente intento de un grupo de musulmanes por aplicar la pena de muerte contra una adúltera en Cataluña.
Pronto tendrá que definirse y decidir si respetarán la Constitución española o la sharía islámica, dos leyes probablemente incompatibles.
Ligur
La Constitución Española nos indica nuestros derechos y nuestros deberes, nos habla de la justicia, poder judicial, poder legislativo, ejecutivo, respeto a la vida y la pena de muerte no existe en España, excepto pera casos de alta traición en tiempo de guerra. Es de obligado cumplimiento para quien resida en España, aunque a veces es lícito dudar si nuestros políticos la cumplen.
Tomarse la justicia por su mano y más cuando se persigue la muerte de un semejante es algo que se condena sin ambages y con toda el peso de la justicia. Quienes quitan la vida a otro en nuestra sociedad recibe calificativos de asesino, criminal, mafioso, terrorista y algún etc. todos ellos poco atractivos.
A menudo sucede en nuestra sociedad que grupos relacionados con la delincuencia solucionan problemas internos con asesinatos que son catalogados como “Arreglos de cuentas”. Pero eso no quiere decir que la sociedad no los investigue y lleve al banquillo a los responsables. Afortunadamente, con frecuencia son detenidos clanes enteros.
Los “ajustes de cuenta” de la Mafia (Cosa Nostra) son los más conocidos, probablemente gracias al cine. Algunos quizás no conozcan lo que significa “tener un contrato”: es la pena de muerte que un capo o jefe de familia decreta contra un enemigo, generalmente interno.
Yo me pregunto si las “penas de muerte” contra un ciudadano emitidas por un cargo religioso, basadas en la interpretación personal de unas leyes religiosas de hace 1400 años, las conocidas Fatwas islámicas, serán aceptadas por el Partido Renacimiento y Unión de España y si serán ejecutadas en territorio español. Hace unos días han sido detenidas en Irlanda Colleen LaRose alias ”Jihad Jane”, y Jamie Paulin-Ramírez, de 31 años, de Colorado, empleada de sanidad y con un hijo de 6 años. Ni mucho menos un perfil de terrorista. Ambas convertidas al islamismo. Su víctima era el dibujante sueco Lars Vilks por sus caricaturas. Todos concocemos la de Ahmed Salman Rushdie.
Sobre Mourinho, entrenador del Inter, también pesa una condena por opinar que un jugador musulmán podía jugar, a pesar del Ramadán, y afirmar que no era un camello
PRUNE ha irrumpido en la vida política española cargado de incognitas. Hasta ahora no se le ha visto condenar los secuestros y crímenos que cometen los islamistas extremistas en el mundo, ni siquiera los secuestros de cooperantes españoles en África, ni el reciente intento de un grupo de musulmanes por aplicar la pena de muerte contra una adúltera en Cataluña.
Pronto tendrá que definirse y decidir si respetarán la Constitución española o la sharía islámica, dos leyes probablemente incompatibles.
Ligur