El ejemplo de Orban está cundiendo, sobre todo en partidos nuevos de derecha radical, que están surgiendo en todos los países de Europa y que rechazan la cobardía, el entreguismo ante la inmigración y la destrucción de la cultura, los valores y las costumbres de Europa.
Muchos europeos, marginados por los políticos de los viejos partidos, que quieren para ellos el monopolio del poder y las decisiones, se preguntan cómo defender los valores europeos. Pues bien, ahora tienen la oportunidad de hacerlo en las próximas elecciones europeas, siguiendo el llamamiento del húngaro Orban.
Orban es la antítesis de la Europa cobarde y cómoda que se deja invadir y que permite, sin resistencia alguna, que sus calles y plazas de las ciudades sean tomadas por masas de inmigrantes que se niegan a integrarse y que luchan por islamizar el continente. Su recomendación a los europeos para que apuesten, en las próximas elecciones, por dirigentes que defiendan la cultura europea es una bofetada a los partidos políticos tradicionales de la derecha y la izquierda socialdemócrata europea.
Orban, a quien rechazan y quieren castigar los viejos partidos europeos, en especial los socialdemócratas, ha optado por dirigirse directamente a los ciudadanos del continente, a los que llama para que apuesten en las urnas por la reacción defensiva de Europa ante los invasores y frente a la permisividad cobarde de los viejos partidos europeos. Como todos los nuevos partidos de derecha radical que crecen por todo Europa, a Orban, siguiendo las consignas de propaganda del viejo comunismo, le acusan de ser de "extrema derecha", cuando sólo es un defensor radical de nuestra cultura frente a una invasión real.
«Hungría ya ha demostrado que la inmigración ilegal puede ser detenida. Por eso los europeos deben votar a líderes que rechacen la inmigración ilegal», ha dicho el líder húngaro, quien agrega que «El objetivo de es trabajar para el futuro de Europa. Considerando todas las opciones, está claro que los europeos deben apostar por líderes que estén en contra de la inmigración irregular».
En las próximas elecciones del 26 de mayo, Europa se juega su destino como espacio moderno donde están garantizadas la democracia, las libertades y los derechos, una cultura amenazada de muerte por la inmigración descontrolada, por el activismo islamista y por los políticos europeos que la permiten y que reciben a los inmigrantes sin filtrarlos, sin rechazar a los que son activistas islamistas, terroristas durmientes o delincuentes, y sin mover un solo dedo por defender nuestra valiosa cultura común, forjada a la sombre del Humanismo y el Cristianismo durante siglos.
Orban, al que admiran los partidos nuevos de la derecha radical europea, cree que todavía es posible la defensa y que Hungría, con su política, lo está demostrando.
Francisco Rubiales
Muchos europeos, marginados por los políticos de los viejos partidos, que quieren para ellos el monopolio del poder y las decisiones, se preguntan cómo defender los valores europeos. Pues bien, ahora tienen la oportunidad de hacerlo en las próximas elecciones europeas, siguiendo el llamamiento del húngaro Orban.
Orban es la antítesis de la Europa cobarde y cómoda que se deja invadir y que permite, sin resistencia alguna, que sus calles y plazas de las ciudades sean tomadas por masas de inmigrantes que se niegan a integrarse y que luchan por islamizar el continente. Su recomendación a los europeos para que apuesten, en las próximas elecciones, por dirigentes que defiendan la cultura europea es una bofetada a los partidos políticos tradicionales de la derecha y la izquierda socialdemócrata europea.
Orban, a quien rechazan y quieren castigar los viejos partidos europeos, en especial los socialdemócratas, ha optado por dirigirse directamente a los ciudadanos del continente, a los que llama para que apuesten en las urnas por la reacción defensiva de Europa ante los invasores y frente a la permisividad cobarde de los viejos partidos europeos. Como todos los nuevos partidos de derecha radical que crecen por todo Europa, a Orban, siguiendo las consignas de propaganda del viejo comunismo, le acusan de ser de "extrema derecha", cuando sólo es un defensor radical de nuestra cultura frente a una invasión real.
«Hungría ya ha demostrado que la inmigración ilegal puede ser detenida. Por eso los europeos deben votar a líderes que rechacen la inmigración ilegal», ha dicho el líder húngaro, quien agrega que «El objetivo de es trabajar para el futuro de Europa. Considerando todas las opciones, está claro que los europeos deben apostar por líderes que estén en contra de la inmigración irregular».
En las próximas elecciones del 26 de mayo, Europa se juega su destino como espacio moderno donde están garantizadas la democracia, las libertades y los derechos, una cultura amenazada de muerte por la inmigración descontrolada, por el activismo islamista y por los políticos europeos que la permiten y que reciben a los inmigrantes sin filtrarlos, sin rechazar a los que son activistas islamistas, terroristas durmientes o delincuentes, y sin mover un solo dedo por defender nuestra valiosa cultura común, forjada a la sombre del Humanismo y el Cristianismo durante siglos.
Orban, al que admiran los partidos nuevos de la derecha radical europea, cree que todavía es posible la defensa y que Hungría, con su política, lo está demostrando.
Francisco Rubiales