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¿Estado de derecho o Estado de abuso?





Al finalizar este año 2010, se habían producido en España mas de 500.000 desahucios, desde que se inició la crisis, lo que significa que más de medio millón de familias han perdido el hogar que adquirieron con una hipoteca que, finalmente, por culpa de la crisis, no pudieron pagar, seguramente porque también perdieron el trabajo. Esa cruel "injusticia" podría haberse evitado con un esfuerzo del Estado, que podría haber negociado con los bancos algunos años de carencia en los créditos hipotecarios de los desempleados, pero no se hizo y se prefirió el desaucio terrible, que deja a familias enteras sin esa vivienda a la que, según la Constitución, tienen derecho.

Pero no terminan ahí las injusticias de este falso Estado de Derecho español. Muchos de los que han sido desauciados, además de perder su vivienda, han perdio también el coche y todo su patrimonio, puesto que la ley española, injusta donde las haya, obliga al desauciado a responder con todo su patrimonio a la deuda hipotecaria contraida.

En otros países, como Estado Unidos, si no puedes pagar la casa, la pierdes, pero no tienes que responder con todo tu patrimonio ante los bancos. De ese modo se limita el riesgo y los bancos tienen más cuidado en tasar correctamente las viviendas que hipotecan, no como en España, donde algunas tasaciones duplicaron el precio real de las viviendas hipotecadas, lo que permitía al banco prestar más dinero e inflar su volumen de negocio.

Pero hay muchas más injusticias lacerantes, impropias de una democracia, vigentes en España. Otra especialmente abusiva es que los empresarios tengan que anticipar al Estado el IVA que no han cobrado y cuyo cobro, a veces, es más que dudoso. El Estado, ventajista y arrogante, cobra por anticipado, en el mismo momento en que el empresario extiende su factura. No le importa demasiado que esa factura se cobre o no porque él ya tiene su parte. Esa legislación injusta es la culpable de que miles de empresas hayan tenido que cerrar, muchas veces porque el mismo Estado no les paga facturas cuyos IVAs ya ha cobrado previamente.

La lista de injusticias y desequilibrios en la democracia española es enorme y sobrecogedora: privilegios injustificados para los políticos y cargos públicos, descontrol del poder de los partidos políticos y de sus "castas" profesionales, que son prácticamente impunes, subidas de sueldo opacas de los políticos, aprobadas por ellos mismos, condiciones laborales, dietas y pensiones y ventajas para políticos, a las que ningún otro ciudadano puede acceder, inmunidad parlamentaria que impide procesam a delincuentes, dietas y fondos reservados sin control para altos cargos, pensiones de lujo con sólo trabajar unos años en el gobierno y un largo etcétera que indigna a los ciudadanos y convierte a España en un Estado abusivo, diseñado para chacales.

Las últimas injusticias del Estado español han sido protagonizadas por Zapatero, que ha preferido hacer pagar sus errores y los daños de la crisis a los más humildes y desamparados, sin restar a la casta política ninguno de sus grandes privilegios y ventajas. Ha congelado las pensiones, suprimido ayudas y programas sociales, bajado el sueldo de los funcionarios y pretende subir la edad de jubilación, pero no se han reducido las dietas, los coches oficiales, los teléfonos para cargod públicos, las tarjetas de crédito, las pensiones de lujo y los fondos reservados, entre otras muchas ventajas y privilegios.

Detrás de esas medidas han llegado otras que se disimulan como reformas justas pero que no tienen otro fin que recaudar más dinero para un Estado manirroto y despilfarrador, como la reducción ede la velocidad en autopistas y autovías a 110 kilómetros por hora.

Otra injusticia lacerante es que deambulan por España, en plena libertad y con la cabeza alta, miles de políticos que se han enriquecido de manera injustificada, con patrimonios acumulados que jamás habrían podido acumular con sus sueldos oficiales.

Aunque las hay en todos los campos y ámbitos, la mayoría de las injusticias y abusos se cometen en la política, convirtiendo a España en un país con una democracia basura. La justicia no es igual para todos, el poder de los partidos carece de controles adecuados, los ciudadanos no pueden elegir libremente a sus representantes, porque son los partidos los que elaboran las listas cerradas y bloqueadas que van a las elecciones, desde el poder se resquebraja la unidad y la cohesión y se estimula la desigualdad, los políticos han invadido, sin prudencia ni freno, los espacios de la sociedad civil que les están vedados en democracia, como son las universidades, los medios de comunicación y muchas instituciones y empresas.

¿Sabía usted que en muchos hospitales públicos hay espacios reservados para políticos, que son atendidos por los mejores médicos y que no tienen que hacer colas para sus pruebas y opoeraciones, ni compartir habitaciones con otros usuarios del sistema?

Éstos son sólo algunos de los miles de ejemplos reales de "fechorías" políticas en esta España falsamente democrática, donde el foso que separa a los ricos de los pobres se ensancha a diario, al igual que el que distancia a los políticos, cada vez más endiosados, arrogantes y blindados, de los ciudadanos, cada día más parecidos a boñigas de vaca.


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Miércoles, 2 de Marzo 2011
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