Información y Opinión

España está a punto de revalidar a un lider perdedor y mediocre





Después de haber sufrido el triste espectáculo de los dos debates "cara a cara" entre Zapatero y Rajoy, si las encuestas tienen razón, la sociedad española está a punto de reelegir como gobernante, por cuatro años más, a un inmenso mediocre con fama de mentiroso, un político experto en desatinos y fracasos que está llevando a España hasta el ridículo en casi todos los ámbitos y terrenos. Y lo peor de todo es que su oponente, el jefe de la oposición, no es capaz de derrotarle y de ofrecer a los españoles una clara y esperanzadora salida del tunel.

El gobierno español ha logrado ser casi invisible en el mundo desarrollado: no lo invitan a las reuniones importantes, no está en las cumbres económicas, es un socio incómodo en la OTAN, está mal visto en la Unión Europea, es considerado poco fiable por las grandes potencias y fracasa hasta en sus programas favoritos, como la alianza de civilizaciones, un cadaver al que los turcos, principales aliados de ZP en esta materia, están enterrando con su invasión militar de Irak para destripar kurdos.

En Iberoamérica, donde la influencia española fue grande en el pasado, el gobierno de ZP provoca risitas y es mantenido al margen de cualquier mediación importante, como ha quedado claro en la actual crisis que envuelve a Colombia, Ecuador y Venezuela, donde el protagonismo es de Estados Unidos y de una Francia que, de la mano de Sarkozy, se aprovechará de las debilidades de España, como ha hecho siempre a lo largo de la Historia, para ocupar sus espacios de influencia y poder.

En el plano interno, el balance del "lider" Zapatero es todavía más ridículo, con fracasos en casi todos los temas que ha tocado: el prestigio histórico del socialismo arruinado por una política de alianzas antinaturales con energúmenos desideologizados y enemigos de la nación; la cohesión nacional, despedazada por sus aliados nacionalistas que, espoleados por la absurda debilidad de Zapatero, se convierten en independentistas; en la economía, terreno en el que el gobierno, sin capacidad para reaccionar, se limita a negar la crisis; en la convivencia, quizás el mayor fracaso de un gobierno inconsciente que se ha dedicado a enfrentar a unos españoles con otros; en el terrorismo, donde nadie sabe si el gobierno sigue negociando o no con los etarras o si seguirá o no haciéndolo en el futuro; en la educación, donde España se ha convertido en paraíso del fracaso escolar y de la formación deficiente; y hasta en el terreno político, donde la sociedad española ha acelerado su desencanto con los políticos, perdiendo confianza en sus líderes y hasta recelando de un sistema, el democrático, que hasta hace pocos años despertaba entusiasmo.

Ante los escasos auténticos demócratas que sobreviven en España se alza un horizonte preocupante y cargado de retos, entre los que destaca la necesidad de regenerar una democracia que, minada por las mentiras y los abusos del poder, se encuentra deteriorada, prostituida y en caída libre.

Sin embargo, ningún reto del futuro es más importante para un demócrata que el de regenerar la misma sociedad española, tan degradada y envilecida que es capaz de elegir como líderes a nocivos mediocres y que ni siquiera percibe que está siendo conducida hacia un futuro sin valores, sin convivencia, sin rebeldía y plagado de déficits y carencias democráticas.


   
Martes, 4 de Marzo 2008
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