Información y Opinión

Escuelas de terroristas





(Franky)
Tras contemplar la reacción de los británicos después de los atentados del pasado 7 de julio en Londres, flemáticos, frios, valientes, decididos, dispuestos a resistir, firmes, unidos como una piña e incapaces de rendirse, comprendo por fín la razón por la que nos ganaron casi siempre que nos enfrentamos a ellos en las batallas del pasado, desde la ruína de la Armada Invencible a Trafalgar.

Los ingleses sienten orgullo de su valor y se sienten un pueblo especial, sentimiento que hace que realmente lo sean.

Si leemos estos días la prensa londinense, apreciaremos que la comparación con España está presente siempre y que esa comparación alimenta la decisión de "no claudicar" como hicieron los españoles. He visto esa comparación con España al menos nueve veces, pero es probable que se me haya escapado alguna. En The Wall Street Journal he leídos dos veces la referencia a la rendición de España tras los atentados del 11 de marzo de 2004 y la decisión de los ingleses a "no capitular como los españoles".

Estuve en Londres durante cinco días y regresé a España tres días antes del del atentado. Allí me impresionó el orgullo de ser ingles que se percibe por todas partes y la exhibición de una historia en comun asumida, visible en las calles, en los munumentos, en el liderazgo, en los medios de comunicación y en la literatura. Y sentí envidia y pena, envidia porque me gustaría que algo de ese orgullo llegara a España, y pena porque nuestros líderes políticos no le llegan si al tobillo a los ingleses. Los nuestros ni siquiera tienen valor para colocarse la bandera de España en la solapa porque temen que les llamen fascistas. En realidad son unos auténticos cobardes.

Franky  
Martes, 6 de Septiembre 2005
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