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¿Es democráticamente lícito gobernar al margen del programa electoral?





Zapatero es un político hiperactivo y en apenas dos años ha transformado España, pero son muchos los expertos que opinan que no es lícito en democracia hacer lo que está haciendo el presidente del gobierno socialista español: sorprender al electorado que te otorgó el voto, realizando una política de cambios drásticos que nunca estuvo en su programa electoral.

En apenas dos años de gobierno, Zapatero ha cambiado muchas cosas en España: ha permitido los matrimonios homosexuales, ha cambiado la educación, casi ha roto con Estados Unidos, la primeraq potencia mundial, ha estrechado relaciones con dictaduras de habla hispana como la cubana y la venezolana, ha prohibido fumar, ha cambiado las reglas de la igualdad de género e impuesto políticas de discriminación positiva, paridad y cuota, ha cambiado la educación, ha dinamitado el pacto antiterrorista, se ha enfrentado con la España católica, ha concedido a los catalanes unos niveles de autonomía insospechados y escandalosos, está pactando con ETA sin que nadie sepa hasta donde puede llegar ese pacto, está gobernando claramente en contra de la opinión mayoritaria del país, claramente contraria al Estatuto catalán, está practicando un intervencionismo en el mercado inusual en una democracia avanzada, como ha demostrado en las OPAS contra ENDESA, y, además, está promoviendo lel sistema republicano, ha dinamitado el espíritu de la Transición y puesto cerco a la Constitución de 1978.

El problema es que ha hecho todo eso sin advertirlo antes, sin que las líneas de esa políitica estuvieran trazadas o esbozadas en el programa electoral que le llevó al poder en el año 2004.

¿Es eso lícito en democracia? Sin duda que "no" porque cosntituye un engaño a la ciudadanía, que, probablemente, no le hubiera votado de haber sabido entonces lo que se disponía a hacer el candidato socialista. Sin embargo, es legal lo que hace, aunque hacerlo repugne a los verdaderos demócratas y constituya un atentado contra la pureza de un sistema que tiene por soberano al ciudadano.

Zapatero y sus adláteres pertenecen a ese tipo de políticos que creen que la democracia consiste en el gobierno de la mayoría, una concepción ruducida y pobre del sistema, rechazada por nueve de cada diez teóricos de prestigio, que refleja viejas influencias leninistas hoy más que superadas.

La corriente ideológica que parece seguir Zapatero, alejada de las tendencias de regeneración democrática que empujan en todo el mundo los pensadores de mayor prestigio y solvencia, es la que considera que un gobernante, cuando es elegido por los ciudadanos, puede hacer lo que quiera durante sus años de mandato, sin rendir cuentas a esos ciudadanos que le han elegido hasta que nuevamente se abran las urnas, olvidando que, en democracia, la voluntad política no es delegable y que el pueblo puede quitar la legitimidad a sus elegidos en cualquier momento, si estos pierden una confianza en sus líderes electos sin la que la democracia no puede existir.


Franky  
Jueves, 25 de Mayo 2006
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