Información y Opinión

¿Es Zapatero un obstáculo en la democracia española?





Cuando la opinión pública española esperaba una declaración contundente de Zapatero y una ruptura de las negociaciones, al menos hasta que ETA pida perdón y entregue las armas, llega el presidente del gobierno de España, en su esperada comparecencia de ayer, se niega a rectificar y afirma que su deteminación y su energía para lograr la paz son más fuertes que nunca.

La sociedad española quedó conmocionada ante el espectáculo de un político que, conscientemente, se empeña en hacer lo contrario de lo que quiere la mayoría de su pueblo. Algunos creen que ese es un comportamiento peligroso y contrario a la democracia. De hecho, si se analiza friamente, significa que la voluntad del gobernante se impone a la de la sociedad, un claro reflejo totalitario, un comportamiento típico y clásico en las dictaduras.

Algunos políticos no entienden la democracia y se creen con derecho a actuar en contra de los criterios de la sociedad. En España ha ocurrido con exasperante frecuencia: con Aznar, que nos llevó a la guerra de Irak en contra de la opinnión mayoritaria, y con Zapatero, que ha impuesto por la fuerza a la opinión mayoritaria el antidemocrático y desigual Estatut de Cataluña y la actual negociación sin contrapartidas con los asesinos de ETA.

Ese estilo de gobierno es, según muchos polítólogos, una aberración contraria a la democracia, basada en una interpretación abusiva y torticera de la "representatividad". Los que se creen con derecho a gobernar en contra de la mayoritaria voluntad popular es porque interpretan que, al ser elegidos, los ciudadanos deben retirarse a sus hogares y dejar las manos libres al elegido para que haga con el poder lo que estime conveniente.

Sin embargo, las reglas de la democracia son diferentes: los elegidos deben renovar cada día, cada instante, con sus actos y comportamientos, la confianza depositida en ellos por los electores y, cuando la pierden, deben dimitir. Sin dilación ni excusas.

En su intervención de ayer, después del inexplicable y prolongado silencio vacacional en Doñana, mientras la sociedad española digería el retorno de la bestia, la "determinación" y la "energía" de Zapatero eran irrelevantes para la democracia española. No así su decisión de mantener abierto "el proceso" y seguir negociando con los asesinos, en contra de la opinión pública mayoritaria, sin exigirles contrapartidas sustanciales y a pesar de que continuan asesinando. Eso, simplemente, es antidemocrático.

Voto en Blanco

Franky  
Viernes, 5 de Enero 2007
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