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En España "Se acabó la diversión, llegó Abascal y mandó parar"



Dentro de todos los males y peligros que amenazan a España hay una buena noticia: la impunidad con la que la izquierda escribía la Historia y dominaba la cultura y la política española se ha acabado. En le debate a cinco de la noche del 4 de noviembre, los españoles, por vez primera desde la muerte de Franco, escucharon, por boca del representante de VOX, verdades y acusaciones ciertas que habían sido ocultadas cuidadosamente por las izquierdas, con la complicidad del PP y del nacionalismo hostil a España.

El momento más brillante y trascendente del debate del 4 de noviembre de 2019 quizás fue cuando Abascal recriminó a las izquierdas sus gravísimas responsabilidades históricas, ocultadas cuidadosamente durante décadas y hoy alteradas por una Ley de Memoria Histórica parcial y arbitraria, que sólo persigue y castiga al bando que triunfó en la guerra civil, intentando que los crímenes de la otra parte se borren de la memoria de los españoles. Nunca antes nadie se había atrevido a acusar con tanta dureza y verdad, ante 48 millones de españoles, a una izquierda que en España era temida y que hasta ahora, con una impunidad indignante, había logrado esconder la verdad sobre sus pecados y estragos causados a España y a los españoles.
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El socialismo oculta sus orígenes totalitarios y sus enormes errores, daños y crímenes en España
Anoche, en un mitin multitudinario celebrado en Dos Hermanas (Sevilla), Santiago Abascal dijo que la impunidad de las izquierdas se ha acabado con la llegada de VOX y prometió que su partido se esforzará en defender la verdad, que está proscrita por la izquierda, y en desvelar lo que está oculto, poniendo como ejemplo la nacionalidad, ocultada por órdenes del gobierno, de los criminales en España, de los inmigrante que llegan y de los que reciben ayudas para viviendas y otras aportaciones sociales.

Parece que VOX ha llegado para cambiar muchas cosas que parecían tabú, para exhibir brío y verdad en una política donde las izquierdas se paseaban con el mismo poder, arrogancia e impunidad que lo hacían los forajidos y sus pistolas en los pueblos del lejano Oeste americano. Por suerte para España, esos socialistas y comunistas, casi impunes hasta ahora con la complicidad de los cobardes del PP y los mercenarios corruptos nacionalistas catalanes y vascos, tienen que empezar a acostumbrarse a que se les afeen sus fechorías y crímenes, hasta ahora incomprensiblemente silenciados. Los medios de comunicación no podrán en adelante mantener vivo el gran engaño de los españoles que patrocina el PSOE.

En el debate se vió a un Sánchez incómodo, molesto, mirando hacía el suelo, escribiendo círculos y con mirada torva. Su problema no eran ni el PP, ni Ciudadanos, ni Unidas Podemos, partidos a los conoce y sabe como derrotarlos, sino Abascal, representando a VOX, consciente de que ese partido es indomable y que su presencia el el plató era como la de un testigo de cargo contra los abusos y suciedades del socialismo y la política española en general.

Los españoles están descubriendo ya, llenos de sorpresa, que los socialistas ni son honrados, ni aman a España como dicen, ni tienen detrás una historia limpia. Dieron un golpe de Estado cruento, en 1934, contra la República que ahora defienden; provocaron la guerra civil; saquearon el oro del banco de España y se lo regalaron al criminal Stalin; iniciaron la quema de iglesias y asesinatos y violaciones de religiosos, religiosas y católicos mucho antes de que se sublevaran los militares; han corrompido la democracia de 1978 y han creado en su lugar un régimen casi socialista, en el que los partidos políticos tienen mil veces más peso que la libertad de los ciudadanos y el mismo Estado; han abierto de par en par las puertas de España a la corrupción; han desindustrializado el país para contentar a alemanes y franceses, han creado, con el dinero de los impuestos abusivos, una red clientelar enorme y costosa, sin otro fin que ganar las elecciones, unas tras otras; han permitido todo tipo de abusos y suciedades a los nacionalistas vascos y catalanes, incluyendo el acoso y derribo de los que amaban a España en esas tierras; han otorgado a esas regiones rebeldes y desleales los mayores privilegios y las mejores inversiones, privando a las regiones leales de España de los ingresos y riquezas que en justicia les correspondían...

Todo esto y muchas corrupciones y abusos más protagonizaron las izquierdas en España, donde instauraron la mentira como política de gobierno, compraron medios de comunicación y adoctrinaron al pueblo en el odio y la envidia, sólo para que ellos fueran más poderosos, además de enriquecerse con inmensas cantidades de dinero público robado.

Pero si el papel de la izquierda fue repugnante, el de la derecha no fue mejor porque permitieron el saqueo de España y la podredumbre generalizada sin rechistar, participando en la corrupción, traicionando sus principios, tirando el liberalismo y la verdad por la borda, incumpliendo sus promesas y abandonando a los españoles que confiaron en ellos para que curaran a España de las enfermedades y dramas del socialismo corrompido.

Con VOX ha llegado a la política algo más que un partido nuevo. Ha llegado el valor, la decencia, la ausencia de miedo y la capacidad de lanzar la verdad al viento. VOX es un partido nuevo sin alforjas, sin cadáveres en sus armarios, sin culpa el el desastre de España, limpio como una patena, hasta el momento.

Nadie se había atrevido a denunciar, en vivo y en directo, ante toda España, las maldades de la izquierda, sus mentiras, manipulaciones, corrupciones galopantes y sus innegables responsabilidades históricas. Nadie se había atrevido tampoco a cuestionar la utilidad y la bondad de las comunidades autónomas, ni la falsedad de una solidaridad que ha llenado España de inmigrantes sin controlar, entre los que hay miles de delincuentes que aterrorizan a nuestra población envejecida, ni las la injusticia que reinan en leyes como las que protegen a los okupas que se apoderan de las viviendas, las que maltratan y humillan al hombre frente a la mujer y las que impiden a un ciudadano defender su hogar cuando es atacado por un criminal. Esas cosas, canalladas flagrantes, nadie las mencionaba porque las izquierdas habían logrado colocar sobre la boca de los españoles una mordaza eficaz e invisible que les hacía esclavos.

En Cuba se hizo famosa una canción de Carlos Puebla que narraba como Fidel Castro acabó con la corrupción del régimen de Batista y de sus abusos y suciedades. El estribillo pegadizo y cantado por millones de gargantas en los años 70 y 80, decía: "Y se acabó la diversión, llegó el comandante y mando parar". Hoy en España podemos cantar algo parecido: "Se acabó la corrupción, llegó Abascal y mando parar".

Francisco Rubiales

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Miércoles, 6 de Noviembre 2019
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