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El sanchismo, nervioso y con miedo, socorre vergonzosamente a los corruptos socialistas andaluces condenados por los EREs



El sanchismo se siente amenazado por la condena de los EREs, que es una condena al clientelismo y al uso del dinero público para mantenerse en el poder, un capítulo en el que Pedro Sánchez ha batido todos los records subvencionando a grupos afines y comprando medios de comunicación, voluntades y, sobre todo, poder y votos.

Si la sentencia de los EREs condena el uso clientelar del dinero público, empleado en beneficiar a empresas amigas del socialismo andaluz y a sus plantillas, entonces la condena toca de lleno al sanchismo, al que es casi imposible superar en clientelismo y empleo del dinero público para mantenerse en el poder.

Por eso, la maquinaria del sanchismo se ha puesto en marcha, de manera antidemocrática y obscena, para socorrer a los "camaradas" Griñán, Chaves y otros socialistas andaluces, protagonistas de los ERES, condenados por el Supremo.

Esa operación de "socorro rojo" demuestra muchas cosas, entre ellas que la Justicia no es igual para todos, que se prepara otro indulto indecente, como el que el gobierno otorgó a los golpistas antiespañoles de Cataluña, y que a los partidos corruptos, como el PSOE y el PP, les interesa, por encima de todo, controlar a los jueces y dominar los altos tribunales para evitar condenas como la reciente de los ERES.

Cuando los partidos controlan la Justicia, la democracia se convierte en un retrete. La intromisión de los partidos en la Justicia española es tan obscena e indecente que merece que Bruselas cierre por completo el grifo a España hasta que los chorizos despejen el campo.
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El sanchismo hará todo lo posible para salvar a los soldados Chaves y Griñán porque le va la vida en ello. Ahora se comprende la prisa de Sánchez por controlar el Tribunal Constitucional, donde el golpe a los corrutos andaluces puede ser frenado gracias a la mayoría "progresista". Prostituir la Justicia, que es la peor manera de corromper la democracia y la decencia, le parece lícito al sanchismo cuando se trata de salvar el pellejo.

Muchos creemos que el gobierno no dudará en otorgar a los corruptos condenados otro indulto tan injusto e indecente como el que el gobierno de Sánchez otorgó no hace mucho a los golpistas catalanes que intentaros romper España, aunque esta vez la oposición popular sería brutal y quizás no se atrevan. pero intentaran otras artimañas y trucos, como la apelación a un Constitucional que Sánchez espera controlar con jueces de su cuerda dentro de muy poco.

Los ciudadanos españoles, con independencia de su ideología o filiación, por dignidad y sentido del honor, nunca deberían tolerar que su gobierno tenga la desvergüenza de socorrer a delincuentes condenados por el Tribunal Supremo, sólo porque forman parte de su propia banda.

La portavoz socialista Pilar Alegría defiende que los expresidentes andaluces «no se beneficiaron de ningún céntimo». Recordémosle que el robo no es la peor corrupción y que utilizar el dinero público para comprar poder y votos, mentir, engañar y repartir los recursos con injusticia, como hace su gobierno, son las peores corrupciones.

El gobierno de Sánchez es el más corrupto de la España moderna, mucho más que los gobiernos andaluces de Chaves y Griñan, si se les computan todas sus corrupciones, que ocupan casi toda la gama posible, entre las que destacan la mentira constante, la compra de poder, el despilfarro, la opacidad, el reparto arbitrario e injusto de los recursos públicos, la concesión irregular de contratos y subvenciones, el clientelismo atroz, la compra de medios de comunicación con dinero público, la compra de voluntades, el funcionamiento de listas negras de disidentes, las promesas electorales incumplidas y, por encima de todo, haber abierto las puertas del Estado a partidos desleales que odian a España y a la democracia.

Todas esas corrupciones son más graves que el robo de fondos públicos, aunque los políticos se empeñen en identificar corrupción con robo de dinero público.

Despilfarrar, gastar como un manirroto, endeudar a las futuras generaciones, cobrar impuestos injustos y abusivos y mentir hasta la saciedad son corrupciones mucho peores que el robo de dinero por parte de los políticos, un delito, por cierto, tan extendido que hay decenas de miles de ex políticos en España que son incapaces de justificar sus abultados patrimonios con los sueldos que cobraron oficialmente como cargos públicos.

El deber del sanchismo ante la condena de los ex presidentes y altos cargos socialistas es rectificar y pedir perdón, no desplegar el "socorro rojo" para defender a los condenados.


Francisco Rubiales


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Martes, 26 de Julio 2022
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