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El rey Felipe VI, en su discurso, marca distancia con la lamentable clase política española



Muchos españoles, muchos más de los que querían tipos como Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y sus tribus del odio a España y a la democracia, gritaron en la noche del 24 de diciembre del año más amargo en las últimas décadas ¡Viva el Rey!

El discurso del monarca inyecto una bocanada de esperanza y aire fresco en el putrefacto ambiente político español.
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El discurso del rey Felipe VI en la Navidad de 2020 le aleja de la miserable clase política española y le acerca al pueblo y a la esperanza. Ha sido un discurso ético, mesurado, elegante, preciso y esperanzador porque ha demostrado que en el Estado español, prostituido y maltratado por el gobierno y la clase política en general, salvo pequeñas excepciones, quedan personas decentes y con honor y respeto a los valores.

Ha aludido a las chorizadas de su padre, pero sin nombrarlo y con elegancia, afirmando que los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas "nos obligan a todos sin excepciones", lo que equivale a decir que obligan a él mismo, a su padre y también a los políticos, muchos de los cuales acumulan mas desvergüenzas corrupciones y delitos que el vapuleado rey emérito.

También ha defendido el valor de la Constitución y se ha referido a los estragos de la pandemia, destacando el dolor de las familias que han perdido alguno de sus miembros. Ha lanzado un mensaje de esperanza cuando dijo que "Con esfuerzo, unión y solidaridad, España saldrá adelante. Con todos y para todos. Y, como Rey, yo estaré con todos y para todos".

Finalmente, sus menciones al valor de la sociedad, a la crisis provocada por la pandemia y a la injusticia que soportan los jóvenes, a los que el país no ha sabido ofrecerles un futuro, han sido oportunas y decentes.

Pero lo mejor de todo es que el discurso ha marcado una gran distancia con respecto a la clase política y ha demostrado ante los españoles, indignados ante el comportamiento cobarde, corrupto, codicioso y torpe del gobierno y de gran parte de los dirigentes políticos, que en el sistema vigente es posible ser leal, decente y eficaz.

Francisco Rubiales

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Viernes, 25 de Diciembre 2020
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