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El mundo se parece hoy a lo que el Apocalipsis describe como el caos previo al Juicio Final



La invasión de Ucrania nos ha colocado de frente a un mundo terrible, donde no hay buenos ni malos sino que todos son miserables, corruptos y canallas. El mundo que despliega ante nosotros todo su horror se parece mucho al que describe el Apocalipsis como el caos que precede al fin de los tiempos y al Juicio Final, donde la bestia engaña, domina y lo destruye todo.

Se han abierto las puertas de un mundo nuevo, donde no hay bondad ni amor, que vuelve a ser bipolar, como en tipos de la Guerra Fría, en el que la esencia de la lucha es entre los multimillonarios que construyen un Nuevo Orden Mundial (NOM) y los que se resisten a ese reseteo. Estados Unidos y Europa son los grandes defensores del NOM y Rusia es el líder del bando opuesto, también dispuesto a imponer su modelo por la fuerza.

El mundo decente y libre que representa la Resistencia está hoy prisionero de dos bloques enfrentados: el de los poderes ocultos, egoísta y sin piedad, y el del bloque que encabeza Rusia, cruel, asesino y sin una gota de moral.

La situación es tan calamitosa y desesperada que se parece mucho a la perfecta conjunción de males que describe el Apocalipsis como previa al final de los tiempos, en vísperas del Juicio Final.
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El mundo vuelve a ser bipolar, como lo era en tiempos de la Guerra Fría, cuando se enfrentaron dos bloques: el llamado "Mundo libre", con Estados Unidos al frente, y el mundo comunista, liderado por la Unión Soviética. Pero mientras que en la vieja Guerra Fría había cierta racionalidad civilizada que impidió el holocausto, hoy la locura es mayor y los restos de ética y decencia han desaparecido.

La actual división enfrenta al bloque que quiere crear un mundo nuevo, muy distinto al mundo que conocemos, liderado por ese poder en las sombras que controlan los multimillonarios con inmenso poder, y los países que se resisten al gran reseteo, encabezados por Rusia.

Tanto si vence Rusia como si lo hace el mundo dominado por las sombras y sus políticos aliados, lacayos y corruptos, el mundo está perdido y el futuro teñido de opresión y desgracias.

En medio de esos dos bloques está la Resistencia, integrada por los luchadores que nos negamos a caer en manos de unos o de otros, enfrentados a dos enemigos igualmente peligrosos, al que se oculta en las sombras y utiliza la mentira, el envilecimiento y la degradación para vencer y al que utiliza las armas y la muerte para esclavizar y aniquilar.

El derribo del Muro de Berlín representó la derrota del comunismo y el triunfo del bloque democrático, defensor teórico de las libertades y derechos, pero esa interpretación fue obra de la propaganda, que ocultó verdades profundas, entre ellas que los defensores de la libertad no eran tan buenos y que los derrotados soviéticos no eran tan malos. En un bando y en otro había valores opuestos y un enfrentamiento crucial e intenso que no desapareció con el Muro de Berlín y que ahora han renacido.

El nuevo mundo bipolar separa y enfrenta a dos modelos representados por malvados: las élites ocultas y los tiranos de Rusia y sus amigos. Los primeros quieren imponer el Nuevo Orden Mundial (NOM) y los segundos quieren imponer su propia esclavitud, que probablemente sea peor.

La Resistencia, integrada por ciudadanos decentes y luchadores por la libertad, no es mas que un movimiento romántico y cargado de buenas intenciones que se debate ente dos monstruos crueles y despiadados, dispuestos a devorarlo todo.

La situación es tan fea que únicamente los ciudadanos resistentes rechazan el mundo de esclavos que quieren imponer tanto los multimillonarios que operan en las sombras como el bando ruso, que no conoce otra moral que la violencia y la sangre.

La actitud de Rusia en Ucrania es dantesca y canalla. Está destruyendo sistemáticamente el país y asesinando a sus habitantes, con peor maldad que la utilizada por los nazis en la II Guerra Mundial.

A Putin le espera el Tribunal de La Haya y un juicio por crímenes contra la Humanidad, del que sólo se escapará si se atrinchera en el poder y utiliza sus tropas para someter y cambiar el mundo.

La gran lección que hoy nos muestra la batalla de Ucrania es que ninguno de los dos bandos que se enfrentan es digno de respeto. Son dos bestias peligrosas y capaces de destruir el mundo, dos borrachos liados a golpes que amenazan de muerte a la Humanidad. Sólo la heroica resistencia del pueblo ucraniano a ser esclavizado por Rusia conecta con la vieja dignidad y decencia de la Humanidad.

Ante la desesperante situación del planeta, donde los dos grandes poderes pueden destruir la Humanidad en su orgía irracional de tiranía y crímenes, la única esperanza de la Resistencia es que ambos contendientes se despedacen entre ellos y que de ese holocausto surja un mundo nuevo, libre, lleno de valores y que haya aprendido de una vez que el poder tiene que ser ejercido por los mejores y los mas virtuosos, manteniendo el control de los estados y gobiernos alejados de los canallas y miserables corruptos que hoy gobiernan y están destruyendo el planeta.

Francisco Rubiales


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Lunes, 7 de Marzo 2022
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