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El modelo de China es el paraíso de los políticos, pero no de los ciudadanos



Los poderosos del mundo admiran a China porque allí han sabido crear el modelo que ellos consideran perfecto. El modelo chino fascina, sobre todo, a los poderosos que mueven los hilos desde las sombras y a sus vasallos, los políticos sometidos al Nuevo Orden, aquellos que tienen alma de tiranos y aspiran a controlar el poder sin trabas ni límites, sin la molesta democracia y sin el corsé que representa el Estado de Derecho.

La democracia está siendo dinamitada silenciosamente, desde hace décadas, y en España, con especial fuerza desde el 11M, fecha del golpe de Estado posmoderno. Los tiranos se sienten protegidos y seguros porque cuentan con el potente apoyo de Soros, testaferro de los Rothschild y de la creciente tribu multimillonaria del Nuevo Orden Mundial (NOM), crecida, eufórica porque están avanzando en su misión esclavizadora que pretende cambiar el mundo.
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China avanza hacia al liderazgo mundial, ayudada por el núcleo del capitalismo multibillonario
España nunca fue una democracia, pero lo poco que existía de ese sistema ha sido asesinado. Ninguno de los grandes principios y reglas de las democracias se cumplen en España, donde no existe la separación de los poderes básicos del Estado, donde la ley no es igual para todos, donde los gobiernos, los políticos y sus partidos carecen de los controles, frenos y contrapesos que establece la democracia, donde la sociedad civil ha sido dominada y estrangulada, donde el ciudadano ha sido borrado del mapa y en la que la prensa libre no puede garantizar la verdad que todo pueblo necesita para vivir. En España, el Parlamento está sometido a los partidos y ya no es el gran foro de debate que establece la democracia y la Justicia está politizada y en muchos casos maniatada por los políticos, que campean por el país con mas poder del que la democracia permite, degradando el sistema, adoctrinando de manera malévola a través de la propaganda y los medios de comunicación comprados, pervirtiendo la educación, debilitando la sanidad y convirtiendo a los ciudadanos en borregos atolondrados y sometidos.

La élite ultrabillonaria mundial lleva mucho tiempo recelando de la democracia y queriendo eliminarla. Ahora, fascinados por el modelo chino, creen estar a punto de lograrlo.

China es un país furiosamente capitalista, pero dominado por un Estado férreo y controlado por un Partido Comunista Chino que es un organización implacable, invencible y sin piedad. Sus dirigentes y el establishment que manda desde la trastienda se sienten seguros bajo la tiranía china, "dueña" de un pueblo dedicado a trabajar con obediencia y disciplina, sin más derechos y libertades que las que el Estado les permite.

Es lógico que los hombres y mujeres libres y decentes del planeta abominan del modelo chino, propio de esclavos sin alma ni derechos.

Los nuevos "pro-chinos" del mundo son multimillonarios y tienen un poder inmenso, el que les proporciona el dinero y la influencia. Se dedican a reclutar a políticos miserables, a los que encomiendan el control de sus países. Ya tienen poder para manipular procesos electorales, designar a los ganadores y a cambiar la fisonomía de las naciones, sin apenas resistencia. Todos ellos, unidos por la ambición y el interés, luchan por imponer un sistema tiránico, ideal para las élites, que viven como príncipes a costa de un pueblo controlado y esclavizado.

Maduro, Raul Castro, Daniel Ortega, el depuesto Evo Morales, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y otras decenas de primeras figuras del poder mundial, incluyendo a reyes herederos de viejas monarquías, ya están "reclutados" y trabajan con tesón contra la democracia y el viejo orden que establecía derechos y libertades ciudadanas. Detrás de ellos hay toda una poderosa maquinaria de poder y dinero que empuja con fuerza casi irresistible para hacer del planeta una inmensa China.

El último gran obstáculo que se alza en su camino hacia el dominio mundial es la resistencia de Rusia y, curiosamente, de la misma China, que no quiere que los anglosajones dominen el mundo, ni siquiera copiando el modelo chino.

Donald Trump representó para el Nuevo Orden el mayor obstáculo, pero lograron superarlo eligiendo, no se sabe si limpiamente con trampas, a Biden, un hombre débil, fiel por completo al poder oscuro.

Sin embargo, el ejemplo de Trump reforzó la resistencia al NOM en todo el planeta y se ganó para la causa a buena parte del partido Republicano de Estados Unidos y a una parte importante de la sociedad norteamericana, donde hoy es más fuerte la resistencia al nuevo orden que nos quieren imponer.

Las otras resistencias son menores y fáciles de doblegar: algunos políticos fuera de control, algunos partidos que respetan el viejo orden y muchos ciudadanos que luchamos porque preferimos cien veces la democracia a ser esclavos.

Por sus obras los conoceréis. Basta con mirar a España con atención para descubrir la enorme fuerza demoledora y desestabilizadora del nuevo poder. Ni en los tiempos de Carlos IV y Fernando VII los españoles de bien hemos padecido a tantos traidores a la patria y a la libertad como en estos tiempos.

El cuadro geopolítico y el tablero mundial donde se está desarrollando la lucha entra la libertad y la tiranía es complejo, confuso y lleno de paradojas. Curiosamente, las libertades y el viejo orden, donde está la democracia, está siendo defendido por tiranías como la rusa y la china, portadores de regímenes esclavizantes. Por su parte, los peores tiranos, los que quieren un mundo bajo control y sin libertades, se autoproclaman demócratas y van a la guerra alzando las banderas de la democracia y la libertad, valores que odian. Todo es confusión, alimentado por el inmenso poder mediático sometido a los defensores del Nuevo Orden. Por eso, cientos de millones de ciudadanos se sienten perdidos, no entienden nada y no saben en que bando deben militar, ni donde están situados el bien y el mal en esta batalla.

El panorama es desolador porque apenas hay sitio para la esperanza, aunque a veces el mundo gira y produce milagros. Solo es lícito esperar que si la resistencia se fortalece en Estados Unidos y si Rusia y China resisten, cambien los equilibrios, resurjan los demócratas y los nuevos pro-chinos y los felones no tengan mas remedio que retroceder y encaminarse a la derrota.

Algunos creemos que Dios y el diablo están en esta lucha, que es crucial para la Humanidad.

Francisco Rubiales

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Jueves, 28 de Julio 2022
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