Información y Opinión

El lamentable episodio de la flota rusa



España ha hecho de nuevo el ridículo al impedir a última hora el atraque de la flota rusa en Ceuta, sometiéndonos, como país débil y maltratado, a los criterios de una OTAN manejada por Gran Bretaña y Estados Unidos, a pesar de que la misma OTAN, por voluntad propia, negó a España la pertenencia y protección de las ciudades de Ceuta y Melilla.

Si eres débil y un tipo fuerte te hostiga en el colegio, la única salida es buscarte un amigo fuerte que te defienda. España necesita relacionarse amigablemente con Rusia y con China para neutralizar la hostilidad anglosajona, pilotada por la Gran Bretaña.
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España, como país débil y maltratado tradicionalmente por los anglosajones, debería equilibrar su exigua balanza de poder con amistades compensatorias como las de Rusia y China. Los "aliados", manejados" por Gran Bretaña, van a ser, en el fondo, nuestros "enemigos", nos guste o no.

El acuerdo con Rusia de que sus buques atraquen en Ceuta era un acierto esperanzador por dos razones: la primera porque esos atraques enriquecen el comercio, el turismo y la economía en esas ciudades españolas del norte de África; la segunda porque ese acuerdo fortalece la posición de España en el mundo, devaluada por los anglosajones y, especialmente, por Gran Bretaña, un país que, incapaz de perdonar y olvidar los éxitos y victorias de España entre los siglos XV y XVII, lleva cinco siglos hostigándonos, perjudicándonos y vejando nuestra historia y nuestro prestigio con la bajeza mentirosa de la Leyenda Negra.

Es más que posible que lo ocurrido sea una victoria de la diplomacia de la colonia de Gibraltar sobre España, vergonzosamente derrotada por una pequeña banda de piratas instalados en un peñasco. Los gibraltareños, bien asesorados por los británicos, llevan meses haciendo lobby en Londres y Estados Unidos para torpedear el acuerdo hispano-ruso que permite el atraque de la flota rusa en Ceuta.

La excusa de la OTAN es que los barcos rusos se dirigen a las costas de Siria, para reforzar sus bombardeos. El pecado de "bombardear" lo vienen practicando los países occidentales en Siria y en otros muchos países, causando víctimas civiles y creando dolor y miseria. Pero, al parecer, el derecho a bombardear es considerado como "exclusivo" por algunos países que se consideran con derecho a la hegemonía.

Sin embargo, para España, siempre será mejor un mundo bipolar, equilibrado y con respeto entre los dos bloques, que un planeta donde la hegemonía esté en manos de los anglosajones.

En esos cinco siglos, cuando hemos sido aliados, como en tiempos de la lucha común contra Napoleón, la presencia de los ingleses en España, bajo el mando del miserable duque de Wellington, fue aprovechada para destrozar a cañonazos la potencia industrial instalada en España, hasta reducir el país a una nación agrícola, eliminando así la competencia que hacíamos a los textiles y otras industrias británicas.

La salida británica de la Unión Europea es una oportunidad para que España recupere su soberanía sobre Gibraltar, pero los ingleses, arrogantes y siempre ayudados por la debilidad y cobardía de los gobiernos españoles, quieren lograr que la insolente colonia siga disfrutando de todas las ventajas que hoy tiene como miembro de la Unión Europea.

En fin, España ha retrocedido como gato escaldado ante el embate injusto de la OTAN y ha debilitado su incipiente alianza con los rusos, vital para nuestra posición en un concierto mundial que, mientras esté manejado por británicos y norteamericanos, nos será hostil.

La política exterior española tiene mucho que hacer en nuestro futuro. No todo consiste en regenerar la política y acabar con la corrupción, la injusticia y el abuso. También necesitamos una política exterior inteligente y equilibrada, que no nos convierta en un servidor esclavizado de la OTAN, que cada día es más un consorcio manejado por los anglosajones. España necesita alianzas que la fortalezcan y le aporten seguridad al margen de una OTAN que mientras esté dominada por los británicos no es suficiente ni fiable.

Francisco Rubiales

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Viernes, 28 de Octubre 2016
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