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El PP, sin ideología ni valores, se resquebraja



El Partido Popular no puede digerir la derrota electoral del 24 de mayo y se resquebraja. Barones que huyen, división en la cúpula, decepción en las bases, indignación en los votantes y hasta su máximo líder, Mariano Rajoy, cuestionado y presionado para que se marche.

¿Por qué se hunde el PP? La respuesta es fácil y sencilla: hace mucho tiempo que ese partido dejó de tener ideología y principios y los sustituyó por el reparto de poder y privilegios. Al perder poder y no tener suficiente para repartir, sus cabecillas, que están en el partido para vivir bien y no para servir al pueblo, se marchan.
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El PP y el PSOE hace mucho que sustituyeron sus ideas, principios y valores por el simple y vulgar reparto de poder. Cuando alguien entra como militante en esos partidos, es difícil que lo haga atraído por unas ideas que ya no se perciben, ni por el deseo de servir a los ciudadanos, que se ha perdido. Lo mas probable es que milite para hacer carrera política y tener un futuro espléndido de poder y riqueza. Cuando los partidos se convierten en falanges de mercenarios, sus pies se se hacen de barro y se hunden fácilmente porque las ratas son las primeras que huyen cuando se huele la catástrofe.

¿Que ideología tiene el PP? Ni es liberal, ni es demócrata, ni es cristiano, ni es republicano, ni monárquico, ni nada. Es un partido que tiene pequeños rasgos de todo eso pero cuya ideología dominante es el reparto de poder.

Con el PSOE ocurre otro tanto. Ni es socialista, ni socialdemócrata, ni republicano, ni verdaderamente demócrata, ni monárquico porque su ideología hace mucho que desapareció. Sus dos grandes valores han sido el poder y el reparto de privilegios y de ventajas entre los suyos.

Cuando las ideas son abandonadas y sustituidas por el poder y sus beneficios, los partidos se deterioran profundamente, pierden la fortaleza, se abren a la corrupción y se convierten en una maquinarias frágiles y huecas que se destruyen fácilmente ante las contrariedades y fracasos, sobre todo cuando ya no hay nada que repartir.

Esta verdad, una de las mas evidentes y sólidas en la política española, no es asumida por los grandes partidos españoles, hoy claramente en declive porque los ciudadanos no les han perdonado sus traiciones, su falta de ideales, su idolatría al poder, al dinero y a los privilegios.

Ni Rajoy ni Pedro Sánchez, ni sus mentores y aliados admiten que "sin ideales ni principios sólidos, un partido político no se distingue de una mafia".

Y ese es el problema y esa es la clave para entender lo que le ocurre a España, el país de Europa que mas desprecia a sus políticos y el que mas deteriorada tiene su vida política. Los culpables han sido sus dirigentes, que han vivido del engaño y el abuso desde la muerte de Franco. En lugar de crear una democracia de hombres libres sustentada en los valores, crearon una partitocracia que pronto derivó en una dictadura camuflada de partidos políticos, sin ciudadanos, sin principios, sin ideales de servicio y cada día con mas políticos viviendo de la impunidad y de los privilegios del poder.

Y ocurrió lo lógico: la política y el país entero se fueron pudriendo y entraron en la escena con fuerza los corruptos, los sinvergüenzas, los vividores y los muchos miles que han cometido casi todos los pecados contra la democracia tipificados: comprar votos, marginar al adversario, beneficiar a los amigos, usar el dinero público de manera bastarda, anteponer los intereses propios al bien común, someter a la Justicia y a la prensa, abrir las puertas a la corrupción, gobernar sin el pueblo, marginar a los ciudadanos, asfixiar a la sociedad civil, atiborrarse de privilegios inmerecidos, tener mas aforados que el resto de Europa junta, haber saqueado el país y muchos mas.

El castigo que el pueblo les ha propinado y les propinará en las urnas es inmensamente merecido y ejemplarmente justo.




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Viernes, 29 de Mayo 2015
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