Colaboraciones

ESPAÑA, PAÍS DE CHAMANES, SIN FILÓSOFOS NI PENSADORES LUCIDOS





Cuando el filósofo desaparece su espacio es rápidamente ocupado por los chamanes, vendedores de humo y charlatanes de feria. La sociedad cuando es menor de edad necesita quien la conduzca y está dispuesta a admitir a cualquiera de estos chamanes porque los necesita tanto como el rebaño al pastor.

En España, el filósofo está ausente y sus intelectuales callados porque no tienen un mensaje que divulgar que no sea el mismo mensaje estatalizador en sus tres modalidades: Conservadurismo, socialismo y comunismo. En ellos parece que se resume todo lo que hay y en ellos se perpetua la minoria de edad de la sociedad.

Los tres mensajes están de acuerdo en que debemos ser conducidos por un ente que trasciende al individuo que se llama Estado porque el individuo no está capacitado para conducirso por si mismo. Se nos inunda con instituciones, la mayoria inservibles, de no ser porque son el soporte del régimen y a la vez el refugio de la red clientelar. Desde ellas se decide como proyectar nuestras vidas, cuanto hemos de pagar para el mantenimiento y soporte del régimen, cuantos dirigentes hemos de mantener y cuantas leyes hemos de soportar hasta llegar al paroxismo legal de que esa multitud de leyes lo que hacen es entorpecer y debilitar a la sociedad.

Todo por y para el Estado, un exceso de legisdlación que siempre será una restricción de libertades, una agenda política que será la agenda de los políticos pero nunca la agenda de los ciudadanos, una división social marcada desde las instancias políticas, no desde la calle, unos enfrentamientos provocados desde la política, nunca desde la calle, unos problemas que no son los problemas de los ciudadanos. En definitiva, una agenda irreal que nos hace perder la realidad porque vivimos la realidad de una ideología que nada tiene que ver con los problemas reales de la sociedad sino más bien los provoca.

La aparición del filósofo no sólo desubicaría al chamán, al vendedor de humo y al charlatan sino que abriría los ojos a una sociedad y la sacaria de la ignorancia y la minoria de edad. No obstante, debería empezar por desmitificar a la propia democracia de la que tanto se llenan la boca los chamanes excepto cuando pierden y le echan la culpa a ese segmento de la población que no les vota, calificándolos de viejos y subnormales o bien considerando un pucherazo el resultado adverso.

La democracia es un sistema que prima lo cuantitativo sobre lo cualitativo, la cantidad sobre la calidad, lo mucho sobre lo poco pero se da la paradoja que el resultado del proceso democrático del voto da siempre como ganadora a la minoria más cualitativa: Las élites. Por ello, cuando se habla de pasar de la democracia al autogobierno por medio de la re3ducción de Estado no se está hablando de que lleguen al poder las élites, pues estas ya lo hacen en democracia, se trata de que el poder lo pueda obtener cada uno de los ciudadanos sin tanta tutela estatal y sin tanto ignorante que nos ordene como debemos proyectar nuestras vidas, se trata de establecer que somos nosotros con nuestra iniciativa quienes decidimos por nosotros y que es un Estado mínimo el que tiene que obedecer a la sociedad y cuya funciónsólo será la protección de la misma y garantizar las reglas de juego. Para todo lo demás, hay que creer en una sociedad madura que se baste a si misma para gestionar los propios recursos que produce y no tanto Estado copado por políticos inservibles que se lleven más de la mitad de nuestros recursos para la nada e incluso en la mayoria de los casos, para retrasar mucho más lo que en la sociedad se produce de manera más agil, sin tanta burocracia.

¿Y como se consigue todo esto? En principio desmontando lo que hay, que en su mayoria es superfluo y constituye un obstaculo para el progreso de la sociedad. Un sistema electoral que vinculara a elector y candidato, un modelo de partidos cuya función fuera proporcionar candidatos y poco más, la eliminación de los burócratas en política, hoy son mayoria, gracias a unos privilegios que les permite dar el salto de la Función Pública a la política sin coste alguno y el fin del spoil system o reparto del Estado entre aquellos que ganan, rechazando el mérito y fomentando el clientelismo político.

Hemos de pensar que cada institución que ser crea es un obstaculo para el desarrollo de la sociedad y un mazazo para los emprendedores y todos aquellos que desean crear un proyecto de vida sin la intervención abusiva del Estado. Hoy, el Estado representa el mayor problema para el avance de la sociedad, reducirlo es la solución y con él a sus cientos de miles de políticos que no producen sino que constituyen el elemento negativo para ese avance pues sólo en la corrupción y el despilfarro nos han hecho pagar un precio demasiado alto, tan alto como una crisis econonómica que al final se ha demostrado una crisis de corrupción.

Carlos RH

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Sábado, 9 de Julio 2016
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