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EL NUEVO ORDEN MUNDIAL ESTÁ CONDENADO A FRACASAR



En el análisis que hoy publicamos como colaboración, escrito por Mentalmente, se asegura que el nuevo Orden Mundial está condenado a fracasar y se exponen razones sólidas para demostrarlo.

Es una interesante tesis que conviene leer para reforzar la esperanza en que un día no muy lejano, la marea de corruptos y sinvergüenzas que hoy gobierna medio mundo será derrotada y expulsada del poder para dejar sitio a la regeneración y a la gente limpia y decente que estos canallas han masacrado y expulsado de lo público.
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Todos en el PP son fieles a esa cosa realmente difícil de explicar y delimitar del todo, de las aspiraciones del nuevo orden mundial. Pero incluso dentro de esa élite económica e ideológica hay discrepancias. Y realmente no sé quienes son los principales protagonistas.

Lo único que si veo más o menos es que esa aspiración de gobernar y/o de salvar el mundo, tiene mucho que ver con la dinámica filosófica del marxismo, y todo lo relacionado con el socialismo. Y además, parece haber una notable influencia de Trotsky, que lleva a la idea de que el socialismo tiene que ser internacional, criticando que el socialismo en un solo país está condenado a fracasar y ser capitalismo de Estado.

Básicamente, lo que viene a representar ese trotskismo y otras ramas similares, es una segunda vida al socialismo, sembrar una esperanza de que, puede funcionar si, de alguna manera se extiende a muchas naciones como una especie de economía y política común.

Eso se parece mucho a lo que la OTAN ha ido construyendo tras el fin de la URSS, una expansión política y económica, y con una economía común, basada en el dólar, en un banco central y en muros económicos, una moneda sin respaldo real. El euro, la libra, etc. funcionan de la misma manera y se respaldan en el dólar.

Pero he aquí, que cual nación soberana, con economía independiente, capaz de ser autosuficiente, y desvinculada de la OTAN, su mera existencia como tal supone una amenaza a todo el proyecto, de este nuevo socialismo. Y para un socialismo más grande, las mentiras que hay que hacer creer son más grandes, y más sofisticadas.

Este proyecto de orden mundial, se basa en la mentira, en el engaño. Y es en verdad una calle sin salida. Pero no ven el final, por eso siguen.

La falsificación del dinero funciona siempre que nadie sepa ni llegue a saber que es falso. El engaño es lo que le aporta el valor. Ese mismo concepto de engañar a toda la humanidad en mil cosas, para que un gobierno mundial funcione, es lo que se aplica en este proyecto.

Si todos creemos sin cuestionar nada, teóricamente la utopía sería una realidad. La gente trabajaría a cambio de dinero sin valor, pero que tendría valor ya que también se lo creería cualquier otro proveedor de servicios, y así sucesivamente.

Pero que el "socialismo" solamente sea internacional no es suficiente, cualquier nación soberana, autosuficiente, independiente, lo amenaza. Tiene que ser mundial y universal.

He aquí el germen de la interferencia política de EEUU, la OTAN, el globalismo, las presuntas ONGs, como amnistía internacional, reporteros sin fronteras y otras más, etc. una orquesta de una música como los cantos de sirena, que quedan en entredicho por su pasado. O bien a veces atacando a movimientos patrióticos como el de Trump, o atacando cualquier otro país que no se dejara someter.

Pienso que, la clave del engaño es que empieza mucho antes de que el político abra la boca, empieza principalmente en los medios de comunicación, porque se van creando los elementos conceptuales que todo el mundo debe asumir como verdaderos. Para lograrlo, se repiten muchas veces. A partir de ahí cada parte ejerce un rol como en una función de teatro, y no tiene que saber más que su papel.

Este proyecto de orden mundial está condenado a fracasar. Porque el ser humano no es el centro, no es el protagonista de la obra, sino el decorado.

El que controla el decorado controla la obra, a cada protagonista se le determina su papel a través de un decorado artificial que no debe cuestionar, así se le permite participar.

Y todo lo que está en ese decorado predetermina lo que va a decir y hacer a grandes rasgos. En caso de no hacerlo, queda desacreditado por locura.

En países supuestamente democráticos, nunca se permite a cada persona decidir políticamente cada cuestión, ni siquiera se le pregunta, nadie pregunta nada a nadie, y a pesar de eso, tienen que decidir qué grupo político o quién va a gobernar.

Entonces, el decorado es el que decide, ya pues tampoco lo decide el político, si no quiere ser tachado de locura, se pone de manifiesto, que no ha existido ningún vínculo entre el pensamiento y cuestiones que podría plantear el ciudadano, y las que presenta el político.

Mentalmente

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Martes, 25 de Octubre 2022
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