Colaboraciones

EL CLIMA DEL MUNDO TIENE PRECIO





Los bienes ambientales -aire y agua limpios- y un clima estable rara vez son tomados en cuenta en los análisis económicos más habituales. Por esa razón la ONU ha comenzado a promover la idea de “capital natural” como un modo de valorar los bienes ambientales para que puedan ser incluidos en las ecuaciones utilizadas por los economistas.

De acuerdo con los principales especialistas en clima del mundo, la dependencia en la utilización de los combustibles fósiles está creando un calentamiento global cuyo precio podría terminar con la propia Tierra. Todos, o casi todos, sabemos que a estas alturas, aunque solo sea por percepción racional, estamos viviendo el cambio climático en los desastres naturales de distintas regiones del planeta, con la consecuencia inmediata del aumento de la temperatura y del ascenso del nivel de los mares (el efecto devastador del cambio climático en las poblaciones costeras fue anticipado por científicos de más de cien países reunidos en el Panel Internacional sobre Cambio Climático, celebrado en Kioto, en 1997).

En el informe mundial sobre desastres de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se anuncia que en los próximos 20 años las estimaciones de daños por desastres climáticos, oscilarán entre los 6 billones y los 10 billones de dólares. Esta cantidad representa un porcentaje diez veces superior a la ayuda destinada a los países menos adelantados del mundo, que son los que sufrirán las peores consecuencias. Por ejemplo, solo la economía de Sri Lanka estaba mejorando y se encontraba en un buen momento antes de que ocurriera la tragedia del tsunami. El Banco Central de ese país estimó el coste de la reconstrucción en 1,4 billones de dólares. Parte de ese dinero será destinado a la infraestructura turística y a la mejora de la producción textil, que conseguirá equilibrar en parte la entrada de divisas extranjeras perdidas a causa del declive del turismo. El propio Estados Unidos, el mayor emisor de CO2 en América, según la compañía de reaseguros suiza Swiss Re, ha sufrido con el huracán “Katrina” una pérdida económica de unos 45.000 millones de a dólares, costeada por las compañías de seguros. Esas cifras la convierten en la catástrofe natural más costosa de la historia a la que se ha debido enfrentar el sector asegurador norteamericano.

Le siguen en la lista de mayores pérdidas, los huracanes “Rita”, con 10,000 millones de dólares de daños asegurados, “Wilma”, cuyas pérdidas ascendieron a 8,000 millones, y “Dennis”, cuyo coste fue de unos 2,000 millones. Recordemos que esos huracanes afectaron a Estados Unidos y el Caribe, principalmente a Cuba, Jamaica y Haití. Ecuador, un país de bajos ingresos per cápita, con déficit de alimentos y que sufre su peor crisis económica en más de 50 años, se ha visto afectado los dos últimos años por el "fenómeno de El Niño", con un aumento en el nivel de la pobreza, tanto en sectores rurales como suburbanos. El huracán “Mitch” cruzó desde Panamá a México, pasando por Costa Rica, Nicaragua, San Salvador, Honduras y Guatemala, dejando alrededor de 30.000 fallecidos y desaparecidos en todo América Central, con un coste por daños de todo tipo de 30 billones de dólares.

Los reclamos por indemnizaciones más altos correspondieron durante 2005 a los daños registrados en las plataformas petroleras y en las torres de perforación explotadas por compañías estadounidenses en el Golfo de México, según indica el análisis realizado por la compañía Swiss Re.

Las previsiones de las compañías de reaseguros más importantes del mundo, como la American International Group Inc., la mayor aseguradora de los EE.UU., indican que el calentamiento de la Tierra -que se está midiendo desde 1990- “y la frecuencia de los huracanes, que va en aumento en los últimos años, generan pocas esperanzas de que la tendencia se invierta pronto”.

Además de todo esto, aún no han sido evaluados los costes de lo que se conoce con el nombre de “refugiados ambientales”, poblaciones que, como consecuencia de los desastres naturales, se ven presionadas a buscar refugio en otros sitios del planeta.

Con este panorama vemos que en la “economía del clima” subyacen otros problemas que se agravan mas, como el aumento de la pobreza en los países menos desarrollados. Para los economistas será bastante difícil realizar un pronóstico exacto sino se toman medidas urgentes que permitan lograr que el proceso de cambio climático, al menos, no avance al ritmo actual. Además, los gobiernos deberán tomar decisiones políticas adecuadas (no ha sido buena la decisión del presidente Bush de no apoyar la firma del protocolo de Kioto) e invertir más decididamente en ciencia y tecnología en relación a las energías alternativas y el manejo adecuado de bosques y suelos. Según el Observatorio de Educación Superior de la UNESCO, en América latina esta circunstancia –la inversión en energías alternativas- “está en pañales, muy lejos de los límites mínimos aceptables”.

El cambio climático representa para América latina un problema extremadamente complejo –y altamente costoso, tanto en valores materiales como sociales y políticos-. Los indicadores económicos señalados por las compañías aseguradoras del mundo desarrollado incluyen, principalmente, las actuaciones inmediatas –rescates, traslado de poblaciones, emergencias sanitarias, reconstrucción de poblados, suministro de agua potable, alimentos y medicinas, etc., etc.-, pero no son éstos los únicos a tener en cuenta. Creo que todavía no se han valorado justamente los daños culturales –presiones sobre costumbres culturales específicas-, ni los psicológicos –cambios obligados de hábitat, pérdidas afectivas profundas, etc..-, circunstancia que habrá que tener muy en cuenta en un futuro próximo y que afecta, muy especialmente, a regiones como el subcontinente latinoamericano. Y es que estos daños “colaterales”, según visiones demasiado economicistas, no son menos importantes que las pérdidas en plataformas petroleras, centros turísticos diversos o embarcaciones de lujo.


Dra. silvia isabel peri


Franky  
Domingo, 23 de Abril 2006
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