El suplemento "Crónica" del diario El Mundo ha publicado un interesante "diccionario" del derroche público en 2008, en el que figuran coches de lujo, coches tuneados, reposapiés y televisión, despachos palaciegos, concursos de sardanas en Estonia y hasta inodoros high-tech. Leer ese elenco de barbaridades antidemocráticas y de malos ejemplos de nuestros gobernantes representa un durísimo ejercicio intelectual y ético, aunque necesario para un demócrata e imprescindible para comprender el grado de degradación y podredumbre que ha alcanzado la política española, especialmente bajo el gobierno de Zapatero.
Es un listado "de la A a la Z" que incluye inexplicables subidas de sueldos, enchufados con sueldos de oro, cúpulas de amiguetes del poder en Ginebra, embajadas ostentosas de la Cataluña imperial de Carod Rovira, aparcamientos de lujo, cursillos de asesores de Obama en Sevilla, los urinarios de la Moncloa y la mesa de 180.000 euros del alcalde de Zaragoza, el socialista Belloch, una maraña enloquecida de despilfarro público protagonizada por una "casta" política que ha sido bautizada como "los nuevos amos" de nuestra época.
El "drama" es todavía mayor si se tiene en cuenta que 2008 fue un año de crisis, en el que un millón de españoles perdieron su trabajo y decenas de miles de ciudadanos engrosaron en España la legión de los pobres y desamparados, teniendo que recurrir, para sobrevivir, a los comedores de Cáritas.
Pero es mejor que lean el texto original pinchando aquí
Es un listado "de la A a la Z" que incluye inexplicables subidas de sueldos, enchufados con sueldos de oro, cúpulas de amiguetes del poder en Ginebra, embajadas ostentosas de la Cataluña imperial de Carod Rovira, aparcamientos de lujo, cursillos de asesores de Obama en Sevilla, los urinarios de la Moncloa y la mesa de 180.000 euros del alcalde de Zaragoza, el socialista Belloch, una maraña enloquecida de despilfarro público protagonizada por una "casta" política que ha sido bautizada como "los nuevos amos" de nuestra época.
El "drama" es todavía mayor si se tiene en cuenta que 2008 fue un año de crisis, en el que un millón de españoles perdieron su trabajo y decenas de miles de ciudadanos engrosaron en España la legión de los pobres y desamparados, teniendo que recurrir, para sobrevivir, a los comedores de Cáritas.
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