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Dia del Trabajo triste en una España llena de parados, acosada por una crisis que durará mas de 20 años



Ayer, 1 de mayo, se celebró el Día del Trabajo mas triste de la historia moderna de España, una celebración sin trabajadores para celebrarla y con los desempleados y cabreados lamiéndose las heridas de impotencia, desesperación y rabia. Con gobiernos como los de Zapatero y Rajoy, que hacen poco o nada para combatirla, la crisis en España durará mas de 20 años.
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Rajoy y su gobierno mienten, al igual que mintieron Zapatero y sus ministros. La crisis española no terminará en el año 2015, ni en el 2020 y va a durar mas de 20 años, entre otras razones porque nadie está dispuesto a acabar con los problemas y carencias que la provocan y sostienen. La única posibilidad que tiene España de recuperarse, mientras su gobierno esté en manos de gente desalmada que no toma las medidas adecuadas, es que el mundo entero atraviese una etapa de inmensa prosperidad y nos contagien. La tristeza que inunda España se sustenta en que, mientras persistan las actuales circunstancias, gobernados por miserables, mientras exista algún tipo de crisis en el planeta, España estará postrada, acumulando pobreza y perdiendo cada día mas sangre y esperanza.

No es posible acabar con la crisis si no se transforma la estructura del Estado, algo que nadie está dispuesto a asumir. Mientras sigan existiendo 17 autonomías gastando dinero a espuertas y compitiendo entre sí, algunas de ellas odiando a España, sin coherencia ni lealtad institucional, no existirá el Estado y sin Estado no hay soluciones globales. La futura ley de Unidad de Mercado no se cumplirá y no mejorará la situación de los emprendedores, que cada día son mas una especie en extinción.

La solución a la crisis tiene que venir de la creación de empleo. Lo dicen los políticos, pero no saben lo que eso significa y no hacen nada para lograrlo. Las empresas españolas, que son las únicas capaces de crear empleos productivos y generadores de riqueza, están desprotegidas, acosadas por la burocracia y esquilmadas por los impuestos de Hacienda. Para crear una nueva empresa en España hacen falta un mínimo de 28 días, en los cuales hay que realizar por lo menos diez gestiones y gastar mas de 500 euros. España está en el puesto 136, detrás de Zambia y Afganistán, en el informe del Banco Mundial que mide el nivel de facilidad o dificultad existente en un país a la hora de crear empresas, un índice en el que España se hunde un poco más año tras año debido a las elevadas cargas fiscales, los problemas de financiación y, sobre todo, al inmenso laberinto burocrático al que es necesario enfrentarse. Ser emprendedor en España representa un esfuerzo tan enorme que pocos se animan a afrontarlo porque los que finalmente consiguen crear una empresa, carecen de financiación y de mercado, sin que ni siquiera le paguen sus clientes.

Con un país así, con partidos políticos que desconocen la democracia interna y el debate, con políticos que van ya descaradamente a aprovecharse de la política, con intención de permanecer en ella eternamente, con la inseguridad jurídica creciendo y con el consumo en caída libre, aplastado por unos gobernantes que prefieren cobrar impuestos a crecer y crear empleo, con un Estado de tamaño monstruoso, insostenible porque está plagado de enchufados y parásitos con carné de partido, ocupando puestos innecesarios, con el cobro de comisiones ilegales generalizado en los partidos y con las subvenciones mediatizadas, concediéndose únicamente a los amigos del poder, la recuperación económica es imposible.

La inversión española en Investigación y desarrollo (I+D), de la que depende en gran medida la prosperidad futura de un pueblo, es la cuarta parte de la de Israel. Casi todo el dinero disponible se gasta el sueldos y prebendas para el sector público, en pagar el altísimo coste de las muchas instituciones y los numerosos gobiernos central y autonómicos, y el gobierno sigue endeudándose para afrontar los grandes gastos en pensiones, salud y educación, servicios cada día mas mermados y de inferior calidad.

La recuperación económica de España es una meta hacia la que nadie corre y los gobiernos mienten a los ciudadanos prometiéndola, a pesar de que son conscientes de que no sólo no hacen nada por conseguirla, sino que hacen todo lo posible por retrasarla.

¿Cómo se explica que la España de Rajoy gaste más en sueldos públicos, tenga mas asesores innecesarios contratados y se esté endeudando a un ritmo superior al de Zapatero? ¿Cómo se explica que cada año sea mas difícil y complicado crear una empresa y obtener créditos para desarrollarla? ¿Por qué el gobierno no suple, desde sus propios bancos públicos o nacionalizados, la terrible escasez de créditos a empresas que asfixia el mercado? ¿Por qué Rajoy se niega a adelgazar el Estado, a pedir a los ladrones que devuelvan lo que han robado de las arcas públicas, a suprimir la financiación de partidos y sindicatos con dinero público y a cerrar las miles de empresas e instituciones públicas que cobijan a cientos de miles de parásitos sin que aporten nada al bien común?

Los expertos creen que son demasiados errores burdos y que la contumacia del gobierno en mantener esas lacras únicamente se explica porque quieren que la crisis continúe y que la sangría del país siga avanzando. No existe voluntad alguna de mejorar la situación, ni intención alguna de introducir las reformas que el país necesita para sobrevivir.


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Jueves, 2 de Mayo 2013
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