Información y Opinión

¿De quién y de qué fiarse en España?



La desconfianza en el poder es uno de los grandes problemas de España y es tan fuerte que invalida la democracia y anula la legitimidad del gobierno.

Millones de españoles no nos fiamos de Correos, ni de INDRA, ni de las Juntas Electorales y menos de Sánchez. Tampoco del Rey, ni de los jueces sanchistas, ni de la policía sometida al sanchismo, ni de los generales y almirantes ascendidos por Sánchez porque los siente cercanos, ni de los ministros, ni de los que votan al sanchismo, ni de las empresas que se dejan comprar, ni del periodismo sanchista "sobrecogedor", ni de nadie que huela a progre o zurdo.

Tampoco me fio de la oposición del PP, demasiado blanda y cercana a las ideas y postulados socialistas, con cuyo grupo colabora en Europa. El PP, en lugar de atender la demanda del pueblo español, que exige una coalición de la derecha completa (PP y VOX) que derrote al sanchismo, se dedica a demonizar a VOX para arrebatarle los votos, actitud que beneficia claramente a Sánchez.

Menos fiables todavía son los aliados de Pedro Sánchez, aquellos que le mantienen en el poder, a pesar de su corrupción y del deterioro que sufre España.

El único interés de los mercenarios, comunistas, golpistas y herederos de ETA es ordeñar España y destruirla, consiguiendo mientras tanto del débil sanchismo todas las concesiones posibles, desde indultos a dinero abundante y cesiones de competencias impensables.

Gran parte del pueblo español, al contemplar los comportamientos del sector político, sobre todo del gobierno, envuelto en corrupción y bajeza, siente asco y ha perdido la confianza en los administradores.

España padece una terrible crisis de confianza que paraliza el país, bloquea la democracia y llena de tinieblas el futuro.
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¿Puede uno fiarse de los resultados electorales en España? ¿Son fiables las promesas del gobierno, sus datos económicos o sus servidores y funcionarios? ¿Es creíble que los impuestos se reinvierten en el bien común?

La desconfianza se extiende como una mancha de aceite por todo el país y afecta a casi todo, sobre todo a las cuentas y datos públicos y a un gobierno, que destaca entre los más mentirosos y estafadores del planeta.

En España hemos perdido la confianza en las instituciones, en la Corona, en el Gobierno, en los uniformes, en las togas y hasta en el futuro. La sensación dominante es que la mafia ha tomado el poder y está gobernando.

La democracia es un sistema que se basa en la confianza de los administrados en sus administradores, algo inexistente en España, donde hasta el pago de los impuestos es cada año un suplicio más doloroso porque no nos fiamos de los que cobran, ni del destino de nuestras aportaciones, que en lugar de servir para mejorar los transportes, la salud, la educación y los servicios sociales, pueden acabar en el bolsillo de uno de los muchos sinvergüenzas que gobiernan.

Las miles de mentiras del gobierno minan la confianza del pueblo en el poder, convirtiendo esa desconfianza en el primer problema del país.

Cada día somos más los que no creemos nada de lo que el gobierno dice, ni siquiera las cifras que proporciona sobre desempleo, crecimiento económico y otras materias básicas. Tampoco creemos en los representantes del poder, diezmados por la corrupción y sentados ante la Justicia.

Ni siquiera nos fiamos de los resultados de las elecciones y crece el convencimiento de que la izquierda, encabezada por Pedro Sánchez, practica el pucherazo desde hace mucho tiempo y arrebata votos a sus adversarios en los escrutinios.

Francisco Rubiales

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Martes, 8 de Julio 2025
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