Colaboraciones

DESMÁN EVIDENTE DE INDUSTRIA





Para unos cuantos matritenses o foreros (y es que a la capital del Reino de España son legión los que la denominan también de esta guisa, "foro" -y, por extensión, claro está, al resto de los habitantes de la Comunidad Autónoma de Madrid, "foreros"-) el asunto, que se las trae, tiene su miga y muga, quiero decir que hay gente que hace las cosas con pelo. A la pata la llana y en cristiano, que la cuestión se reduce a un caso inconcuso de agravio comparativo, a una cacicada impasable e impensable (desfasada, trasnochada), a una tropelía imposible y ante la que no cabe quedarse impasible, con los brazos cruzados, sin nada que hacer, como un espantapájaros o tancredo.

Para otros tantos (sin un pelo de tontos) es un sapo que no están dispuestos a tragarse. Para el menda lerenda es un sopapo en cada uno de los carrillos o papos de los madrileños, pero no dado al albur, al buen tuntún o a voleo; ni sin ton ni son; ni sin pies ni cabeza; sino con la razón de la sinrazón o el peso que acarrea la pose de contravenir el undécimo mandamiento, molestar.

El Ministerio de Industria se ha pasado unos cuantos pueblos (y éstos, por el forro de sus caprichos) al decidir no dejar que el segundo canal de Telemadrid, "laOtra", que ahora emite en televisión digital terrestre (TDT), pueda hacerlo en analógico (lo lógico -según los antecedentes y si consideramos lo que ocurre en otras Comunidades Autónomas-). He buscado, pero no he encontrado (porque, tal vez, no los haya) ningún argumento irrefutable que pueda aducir para defender o sostener tal despropósito. Porque ¿qué razonamiento puede esgrimirse para negar a Madrid lo que se les concedió y permite a Andalucía, Catalunya, Galicia y Euskadi, verbigracia?

Ergo, ya que la decisión adoptada por el departamento cuyo baranda o mandamás es don José Montilla perjudica palmaria y torticeramente a los madrileños, el propio titular de la Cartera de Industria debe ser el que se ponga manos a la obra, y las cosas en claro y en su sitio, y rija y dirija el cotarro, y (lo que es todavía más perentorio y primordial) corrija el desmán evidente, la discriminación manifiesta.


Ángel Sáez García

Franky  
Viernes, 2 de Septiembre 2005
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