Información y Opinión

Coincidimos con Cañizares





Por una vez y sin que sirva de precedente, coincidimos con el análisis de Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo, según el cual España es el laboratorio donde se experimenta hoy un plan internacional para acabar con las raíces cristianas de la cultura y que tiene la pretensión de proyectarse a otros muchos pueblos.

La única gran diferencia con su análisis es que, para Voto en Blanco, acabar con la Iglesia no es el objetivo sino el medio para conseguirlo. Los verdaderos fines de la conspiración, de la que el gobierno socialista de Zapatero es agente activo entusiasta, es liquidar los residuos que quedan de la democracia, esclavizar a los pueblos y reforzar el poder de la oligarquía y, en especial, de la clase política.

Ese proyecto, que según Cañizares trasciende a lo exclusivamente legislativo para abarcar lo social, lo político y lo cultural, cuenta “con una red de organizaciones y unos apoyos mediáticos extraordinarios” y encuentra en la iglesia católica y en la familia sus principales obstáculos, por lo que no es de extrañar, ha dicho, que ambas estén “en el punto de mira”.

En ese contexto se inscribe la tendencia a la “desmembración de la unidad de los pueblos de España” que, en su opinión, se vive en la actualidad y que no “es casual” porque conlleva la ruptura de las raíces que sustentan esa unidad.

El cardenal arzobispo de Toledo ha puntualizado que el proyecto social y cultural que está en marcha no es de ahora, sino que viene de lejos, y va más allá del suelo español, pero en España tiene una “especial intensidad” y además se ha radicalizado en los últimos años. “Es un proyecto universal pero que utiliza a España como un escenario clave y con la pretensión de una proyección sobre los pueblos de habla hispana”, ha subrayado.

El relativismo moral, presentado como una extensión de nuevos derechos, el laicismo y la ideología de género, que se presenta como igualdad y que es “una manipulación de la grandeza y la dignidad de la mujer” son, a su juicio, los pilares sobre los que se asienta.

Además, ha añadido, está apoyado “por fuerzas poderosas, a veces ocultas, (referencia velada a la masonería) que tratan de impregnar todo y configurar todas las esferas de la vida con esta mentalidad, desde los medios de comunicación a la escuela, de la política a la familia”.

Según el arzobispo de Toledo, quienes lo impulsan presentan a la Iglesia “como enemigo de la modernidad y de la democracia”, lo que ha derivado en “un arrinconamiento de lo religioso” a la esfera de lo íntimo y lo privado.

Según el prelado, “la propaganda muestra a la Iglesia como reaccionaria a la ciencia y al progreso, adversa a la libertad, enemiga del disfrute y del bienestar a toda costa, misógina, homófoba y represiva del sexo, dictadora de las conciencias, avarienta del poder e insolidaria ante enfermedades como el sida”.

Como ejemplo de ese proyecto se ha referido a la legislación “permisiva” sobre el aborto, que, a su modo de ver, no es sólo una cuestión moral sino que define “lo que esta sucediendo en España y en Europa y cómo eso nos aboca a un callejón sin salida que no tiene ningún futuro”.

La despenalización del aborto es, para Cañizares, lo “más grave que ha sucedido en la historia de la humanidad”, todo una aberración ante la cual la humanidad no tardará mucho en avergonzarse, como se avergüenza hoy de la esclavitud y de los genocidios del pasado.

El cardenal opina también que la asignatura Educación para la Ciudadanía no puede separarse de esa “obra de ingeniería social” que, en el terreno educativo, se extiende a otras asignaturas como la Historia, con “significativas ausencias” como el periodo de la Reconquista.

   
Viernes, 1 de Agosto 2008
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