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Baloncesto: ¿Perdimos por culpa de Zapatero?





Cuando vi a Zapatero en el palco, me eché a temblar y le dije a mi esposa: "hoy perdemos la final". A mitad del encuentro, cuando la TV entrevistó a ZP en uno de los descansos, me llamó un amigo y me preguntó: ¿Has visto a ZP en el palco? Le respondí que sí y me dijo "Seguro que perdemos". Y perdimos.

Yo no sé si ZP es o no es "gafe", pero hay muchos indicios en ese sentido:

- Apoyó a la candidata socialista Ségolène Royal, perdedora de las elecciones frente a Nicolás Sarkozy.
- En abril pasado protagonizó una entrada triunfal en la bolsa española para hablar con euforia de la marcha de la economía, pero poco después de que abandonara el edificio la bolsa se desplomó. Ocurrió lo mismo hace apenas diez días: habló de la fortaleza de la economía española, junto al banquero Botín, y al día siguiente la bolsa se hundió.
- En las mismas fechas, su "amigo" Pascual Maragall, sorprendió a la opinión pública española afirmando que el Estatut de Cataluña, probablemente la pieza política clave del gobierno Zapatero, había sido "un error".
-Su amigo Miguel Sebastián, designado por el propio Zapatero candidato a la Alcaldía de Madrid, perdió estrepitosamente las elecciones y quedó humillado en su enfrentamiento a Ruiz Gallardón.
-Apoyó a John Kerry y perdió con Bush.
-Apoyó al Valencia y perdió la final.
-Apoyó la candidatura de La Alhambra a una de las 7 maravillas y quedó fuera.

El más inmisericorde y grave revés quizás haya sido el de su negociación con ETA, hoy rota, un largo camino cargado de espinas y de fracasos en el que él aparecíae como débil y suplicante frente a un terrorismo etarra que parece dominarle y chantajearle. La humillación de Zapatero y su desgaste político y humano en lo que él llama "proceso de paz" son de una crueldad sobrecogedora y lastimosa.

En febrero, Zapatero asistió en Ibiza a la cumbre hispano-italiana, donde abrazó a Romano Prodi, quien, nada más regresar a Roma, tuvo que presentar la dimisión.

Bajo su mandato, por primera vez en la democracia, las encuestas reflejan que los ciudadanos no sólo desconfían ya de los polítiicos sino que los consideran un grave problema para el país, concretamente el quinto mayor problema, lo que demuestra un deterioro de la la política y hasta del sistema mucho más grave de lo que pensaban los más pesimistas.

El Estatut de Cataluña, impulsado personalmente por Zapatero y considerado como una de las piezas políticas claves de su mandato, obtuvo una aprobación vergonzosa en referendum: sólo un ciudadano catalán de cada tres le dio su apoyo. Peor le fue todavía al Estatuto de Andalucía, un documento extraño, sacado adelante por Manuel Chavez para cubrir las espaldas a su amigo Zapatero sin que los andaluces lo quisieran ni lo conocieran. El escaso apoyo que obtuvo en el referendum fue todavía más vergonzoso.

Pero no terminan ahi las desgracias de Zapatero, cuya teoría de que él es un ganador nato y un tipo con suerte cada día es menos creible. La excarcelación camuflada del terrorista de Juana Chaos fue otra tragedia personal para un Zapatero que la impulsó personalmente. Otro tanto le ocurrió con la OPA a ENDESA, un "affaire" que le ha desgastado peligrosamente tanto interna como externamente y que, según algunos analistas hasta podría costarle el poder, sobre todo tras las acusaciones del presidente de la CNMV, Manuel Conthe, que implicaron a los asesores económicos de Zapatero en irregularidades corrruptas.

El deseo de Zapatero de sustituir la enseñanza de religión en los colegios españoles por la asignatura “Educación para la Ciudadanía” ha resultado otro desastre, sobre todo tras el varapalo que le propinó el Consejo de Estado en su informe y el creciente movimiento de resistencia desatado en España.

El destino es cruel con Zapatero si se tiene en cuenta lo que le ocurrió en los últimos días del año 2006, cuando el presidente del gobierno se dirigió a los españoles para transmitirle un optimismo desbordado ("hoy estamos mejor que ayer y el año que viene estaremos mejor que hoy") y al día siguiente el terrorismo etarra e colocó una enorme bomba en los aparcamientos de Barajas, dando al traste con el optimismo presidencia y provocándole un depresión que tuvo que superar escondido en el Parque Nacional de Doñana.

No menos cruel fue lo que le ocurrió antes de las ultimas elecciones generales en Alemania, cuando Zapatero presto todo su apoyo a Gerhard Schroeder y su partido, el SPD, resultó derrotado por Angela Merkel y el CDU, o cuando Zapatero prestó todo su entusiasmo para apoyar el voto afirmativo en el referendum sobre el proyecto de la constitucion europea. El resultado es conocido por todos: la victoria abrumadora del voto negativo mandó al proyecto de cosntitución al basurero.

Similares fracasos ha cosechado ZP en casi todas las restantes líneas básicas y operaciones claves de su gobierno, entre las que cabe mencionar el descontrol de la inmigración y su frustrada alianza con Convergencia y Unió, dinamitada por un Montilla rebelde que cerró el camino de la Generalitat a los convergentes al reeditar, contra la opinión de Zapatero, el desprestigiado “tripartito” en Cataluña.

Pero hay más desastres: ZP es el único dirigente democrático de Occidente que no es recibido en la Casa Blanca. La alianza de Civilizaciones no despierta más apoyos que los fríos de Turquia, Irán y Siria, además de los del poco prestigiado ex-secretario general de la ONU, Koffy Annam.

Ni siquiera la amistad con el gorila rojo de Venezuela está ofreciendo los frutos deseados a Zapatero, después de que quedara frustrada la venta de aviones y barcos al díscolo dictadorzuelo venezolano, mientras que Fidel, otro de los aliados del zapaterismo, se muere en La Habana y Evo Morales, el líder autoritario boliviano, flageló y llamó imperialistas a las empresas españolas radicadas en su país.

La enumeración de fracasos inexplicables de un ZP que parece tocado por el infortunio podría incrementarse hasta la saciedad, incorporando otros más sutiles, aunque no menos importantes, como la pérdida de la calle, tomada por la oposición en sucesivas manifestaciones, el estúpido e impopular enfrentamiento con las víctimas del terrorismo, el goteo de soldados españoles que mueren en escenarios bélicos extranjeros que Zapatero quiere camuflar como pacíficos, la impopularidad derivada de sus amistades e incomprensibles alianzas con los más siniestros, radicales e independentistas nacionalismos vasco y catalán y la inesperada recuperación del PP en intención de voto, toda una “gesta” política de un Zapatero que, cuando alcanzó el poder, en 2004, tenía enfrente una oposición noqueada y desmoralizada que hoy, sorprendentemente y más por obra de ZP que por méritos propios, ha recobrado vida y opciones de victoria.

Lectura complementeria: ¿Es gafe Zapatero

   
Lunes, 17 de Septiembre 2007
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