Colaboraciones

BOLIVIA, TIEMPOS CONVULSOS





Es emocionante, en España, ver a un indio vivo y comedido, proclamado Presidente de una nación hermana de Iberoamérica, mientras otros, entre sus fétidas leyendas negras, los exterminaron sistemáticamente. No ha necesitado el inglés, macroeconomía ni globalización, sólo lleva su humildad aupada por el favor popular que reivindica un status más humano y más justo y con menos desigualdad.

Bolivia tiene un perfil geográfíco el doble de España, pero su demografía apenas llega a los nueve millones; en un territorio de enormes contrastes, algunos viven a cuatro mil metros en las zonas más altas del mundo, con una considerable diversidad de etnias, entre las principales, quechuas y aymarás, sobreviven otras veinte inmersas en estratos de profunda pobreza, el 64%, aunque cuenta con altas cotas de alfabetización y grandes potenciales de fortuna en minería y gas natural.

En 1825, el general Sucre impulsó la independencia del Nuevo Estado que fue a tomar el nombre del propio Bolívar, como indicador del necesario apoyo de la jefatura militar.Ya, al constituirse en República, era un páramo asolado por la guerra y el detrimento económico de cincuenta años.

Hoy, los hechos se repiten y continúa viviendo anclado en el PIB de hace medio siglo. A esta persitente penuria, se une la lesiva inoperancia de que, en 180 años de historia, ha visto unos doscientos golpes militares, motines y sediciones frustradas. Y, ahora, en dos años, ha soportado tres presidentes, dos de ellos defenestrados por la asfixia popular, con numerosas víctimas en las refriegas de policía e indios, con vicisitudes limítrofes a la guerra civil.

Se debate entre dos modos muy diferentes de pensamiento político: la jerarquía instalada que propugna los prototipos del exterior, la sujeción a la economía de mercado y a los aires de modernidad; y, en frente, la mayoría indígena, el 67%, imprime su entidad racial desde su indigencia, mediante propuestas radiales de izquierdas. Son posturas totalmente contrarias. En este ambiente y entre la ambición que pretende mantener sus privilegios, se celebran los comicios de hace unos días, en que ganó el Movimiento al Socialismo de Evo Morales con holgado y unánime apoyo del voto indio, contagiado por el flujo izquierdista de otros países que se derrama por el área, a lo que contribuye el rechazo popular a la política de Bush en Iberoamérica y el convencimiento de que, con Quiroga, no se remontaría la coyuntura de irregularidad progresiva.

La presidencia del indige­nismo de Evo no genera duda de su buena voluntad, pero, sí, temor sobre el tipo de Estado que va a implantar y sobre su capacidad de integración y de responsabilidad nacional. Ha de borrar el desprestigio y la ineficacia de los dirigentes, la corrupción y las viejas formas de partidos y gobernantes anteriores;inyectar el hálito revitalizador a una sana y fructuosa política y regenerar las instituciones civicopolíticas, la economía y los intrincados asuntos de la nación, domeñando a las minorías que exigirán el inmediato cumplimiento de sus generosas promesas electorales. Dirigentes populistas que achacan, a terceros, la pobreza de su nación, para solapar sus fracasos y ambiciones con formas vocingleras y matonas, no son los que saquen el Continente Americano de la regresión y lo conduzcan al progreso y prosperidad. Tal vez, tras el pragmatismo propiciado por Lula y Tabaré Vázquez, podría paliar esta vasta perspectiva de subdesa­rrollo y corrupción.

Se le avecina un tiempo de gran crispación; necesita conducir a su gente y su gobierno por los caminos de un efectivo compromiso con los valores eticojurídicos de la democracia; precisa entablar nuevos estilos de práctica política en una ordenación legal acatada por el poder y la ciudadanía. Bolivia, en esta hora, debe encontrar el consenso, la generosidad, la justicia y la entrega. Si, por el contrario, se desliza por los derroteros dictatoriales de sus socios, Castro y Chávez, formará la peligrosa triada que atenaza la libertad y la fraternidad bajo la tiranía.

Camilo Valverde Mudarra

Franky  
Viernes, 13 de Enero 2006
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