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Andalucía: Democracia pervertida



Los resultados de las elecciones andaluzas del 22 de marzo de 2015 han demostrado, con una claridad meridiana, que la democracia, cuando es falsa y está adulterada, puede pervertirse fácilmente.

Cuando un partido político sin escrúpulos construye un sólido entramado de clientelismo y lo combina con un pueblo inculto, acobardado y habituado a la esclavitud y la dependencia de las subvenciones y las limosnas, puede perpetuarse en el poder.

La única posibilidad de que esa situación degradada cambie es llenar la sociedad de hombres y mujeres libres, que sean ciudadanos en lugar de esclavos, que piensen por si mismos antes de dejarse manipular, pero el poder conoce ese riesgo y vuelca sus mejores recursos en degradar la enseñanza y en formar borregos confundidos, acobardados y fáciles de gobernar.

Cuando un mismo partido gana siempre las elecciones y lo hace de manera truculenta, comprando voluntades y votos con fondos públicos, el sistema queda tarado y lo que llaman "democracia" se transforma en tiranía encubierta y corrupción.
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Humor tragicómico sobre Andalucía que circula por las redes
Pervertir la democracia desde el poder es posible y el PSOE de Andalucía parece haber encontrado la fórmula. Lleva 34 años gobernando, sin que la oposición haya conseguido nunca arrebatarles el gobierno porque han creado una red clientelar tan tupida y eficiente que cientos de miles de ciudadanos le votan por puro interés, porque sus economías familiares dependen de que el socialismo gobierne.

La alternancia en el poder es un rasgo importante de la democracia. Si no se produce porque un pueblo siempre prefiere al mismo, de manera limpia y sin trucos, entonces es tolerable, pero si la alternancia es imposible porque el sistema está trucado, entonces la democracia queda invalidada y los gobiernos pierden la legitimidad.

Son muchos los pensadores y expertos que creen que las victorias continuas del PSOE en Andalucía tienen truco porque el dinero público se emplea en nutrir y fortalecer constantemente la red clientelar, lo que tiene como consecuencia una lluvia de votos interesados de gente que vive de los sueldos públicos, de las ayudas, favores y subvenciones del poder.

La perversión de la democracia es posible, cuando las leyes, como ocurre en España, son laxas y permiten el abuso de poder y la corrupción.

Las recientes elecciones andaluzas del 22 de marzo han sido ganadas claramente por el PSOE, que mantiene sus 47 escaños en el Parlamento Andaluz. Lo extraño, lo que pocos expertos y analistas entienden, es que los andaluces no hayan castigado a los socialistas después de que ese partido ha protagonizado, durante la legislatura, los casos de corrupción mas graves de la Historia moderna de España, los conocidos como de los EREs y de los Cursos de Formación, dos dramas que significan la desaparición de miles de millones de euros, malversados y saqueados.

La explicación mas lógica de que ese justo castigo a la corrupción y al abuso no se haya producido es que la democracia andaluza está pervertida y que los muchos "clientes" del gobierno votan socialista pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, para seguir viviendo del dinero público.

Es cierto que la victoria reiterada de los socialistas se sustenta también en otro hecho notable: la oposición de derecha, representada en Andalucía por el Partido Popular, es de una debilidad y una torpeza antológicas y se muestra incapaz de derrotar al socialismo una y otra vez, ya sea por la debilidad del candidato o por los abusos y pecados de ese partido en sus actuaciones públicas.

Pero la clave del éxito casi eterno del socialismo andaluz está en el clientelismo, que funciona como un reloj suizo en una sociedad donde mas de la mitad de la economía depende, directa o indirectamente, de la Junta de Andalucía, cuyo poder es tan penetrante y denso que solo es comparable con el que ejercen gobiernos como el actual de Cuba o como los del desaparecido Partido Comunista de la URSS en las también extintas repúblicas soviéticas.

Andalucía, que sigue siendo la comunidad española mas atrasada y castigada por el desempleo, el avance de la pobreza y la incultura, lo que necesita con urgencia es una perestroika que libere a su pueblo de las cadenas invisibles que ha tejido el poder y una redención democrática que devuelva al sistema su limpieza y capacidad de hacer libres y felices a los ciudadanos sometidos.


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Martes, 24 de Marzo 2015
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