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Alemania: resultados inquietantes en un país que teme adelgazar



Resultados electorales inquietantes en una Alemania donde el movimiento por el cambio no ha terminado de cuajar porque se ha impuesto el miedo.



Las elecciones alemanas han arrojado un resultado inquietante que alimenta la confusión y la incertidumbre en un país que vive presa del miedo y en el que el cambio no ha podido abrirse paso por falta de impulso. Ängela Merkel y Gerald Schröder han salido de las elecciones con un empate que se inclina ligeramente del lado de la candidata, pero que, en todo caso, impide hablar de vencedores y vencidos.

En Alemania han pugnado dos tendencias: los partidarios del viejo Estado del Bienestar, en ruina, representados por Schröder, y los de una Alemania que quiere ser más competitiva y luchadora; un Estado gordo, que ha acumulado grasa y que está acostumbrado a ser benefactor y a solucionar todos los problemas, frente a un Estado que quiere recuperar el espíritu de lucha del "Milagro Alemán" y que quiere ir al gimnasio y adelgazar.

Pero el salto desde un modelo que triunfó y creo escuela hasta otro, más parecido hoy a los vigentes en Gran Bretaña y Estados Unidos, genera miedo abundante en una sociedad acostumbrada recibir todo de "Papá Estado".

Alemania, ha generado en la prosperidad una sociedad conservadora y dominada por el miedo que teme a los cambios y retos que trae consigo la globalización y que añora al Estado todopoderoso del pasado. En el Este alemán que fue comunista la gente se siente desamparada y añora los tiempos en los que no había desempleo y unos a otros se llamaban "camaradas", mientras que en el Oeste capitalista se añora al viejo Estado Benefactor que tenía recursos casi ilimitadospara resolver todos los problemas.

Los obreros de las regiones que antes vivieron el comunismo no cesan de repetir que este régimen democrático es más inhumano, que la gente ya no está unida como antes, que nadie conversa y que cada uno está sólo, en su hogar, rumiando sus problemas y viendo la televisión.

En estar circunstancias, las elecciones han demostrado que ninguna de las dos Alemanias que pugnan por imponerse, la que añora al viejo Estado que lo resuelve todo y la que quiere un Estado que reduzca su peso y una sociedad civil que gane músculo, ha logrado vencer, lo que abre un panorama de inceridumbre e indefinición, precisamente cuando una Unión Europea desfondada necesita más que nunca el empuje de la locomotara alemana.

Franky  
Lunes, 19 de Septiembre 2005
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