Información y Opinión

AGRAVIO COTEJATIVO





El menda lerenda no sabe qué es peor o más grave; si la sequía pertinaz que padece buena parte de nuestra piel de toro puesta a secar y que marcha por la senda en la que todo puede agudizarse aún un poco más, si cabe, o que Cristina Narbona (“¿de verdad, se cree tina de garbo ná?”), la titular del Ministerio de la Redundancia o Tautología (Medio Ambiente), quien lleva las riendas del susodicho Departamento gemelo o mellizo, use torticeramente una doble vara de medir o moral.

Porque, según ha trascendido, el Ministerio del Pleonasmo instruyó a la Confederación Hidrográfica del Guadiana para que no se multara o sancionase a quienes abrieran pozos ilegales. Eso, tal cual, dicen y escriben algunos, llegó a confesarlo la “ná buena” (entiéndaseme la eutrapelia; porque no estamos ética, sino estéticamente hablando). Mas, en un Estado de Derecho, como es el nuestro, España, las leyes están para cumplirse a rajatabla; y más quienes han prometido por su honor guardarlas y hacerlas guardar.

Mandar pasar por alto la explotación furtiva de acuíferos aquí (verbigracia, en Castilla-La Mancha, donde gobierna el PSOE) y no allí (por ejemplo, en Murcia, donde ostenta el poder el PP) tiene un nombre y un apellido, núcleo y adyacente, sustantivo y adjetivo, agravio cotejativo (porque, si cuando comparamos, lo que buscamos es encontrar semejanzas, cuando cotejamos, lo que intentamos es hallar diferencias).

Desde que, nada más acceder al “ordeno y mando”, los socialistas acabaron de un plumazo, quiero decir que hicieron borrón y cuenta nueva, o sea, se cargaron deprisa y corriendo el trasvase del Ebro, derogándolo, en política hidrológica (lógica del agua) han dado escasas a derechas y, como corolario, pocas, poquísimas satisfacciones a las gentes de izquierdas, aunque otras hayan sido sus pretensiones.


Ángel Sáez García

Franky  
Miércoles, 1 de Febrero 2006
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