Colaboraciones

ACEPCIONES DECEPCIONANTES, DENIGRANTES, INDIGNANTES





Francisco Rodríguez Sánchez, portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG) en el Congreso de los Diputados, ha presentado una proposición no de ley en la Cámara Baja al objeto de que en la próxima edición (vigésima tercera) del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) no aparezcan, quiero decir que no se recojan, las acepciones quinta y sexta vigentes (porque somos muchos los que las reputamos abaldonadoras), decepcionantes, denigrantes, indignantes, del vocablo “gallego”, pues en la edición vigésima segunda, actual, el susodicho gentilicio aún mantiene las indicadas y respectivas de “tonto” y “tartamudo”; lo que es, a todas luces, un agravio morrocotudo, ora el corolario de un oprobio, ora el correlato de un prejuicio, ora, en fin, el resultado de sumar una sinrazón y una mezquindad.

El menda lerenda, “Otramotro”, apoya, sin ambages ni atajos, la moción. Uno puede ser “tonto” y/o “tartamudo” (si bastante vergüenza tiene que aguantar quien porte uno solo de los sambenitos, no diré cuánto bochorno deberá soportar quien lleve los dos), pero no ser necesariamente natural u originario de Galicia, gallego (aunque con la mentada -que no lamentable- voz muchos hispanoamericanos se refieren a cualquier español, sin hacer distingos autonómicos).


Ángel Sáez García

Franky  
Miércoles, 19 de Abril 2006
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